Abre los ojos, Aioria

Capitulo III

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La santo de oro había terminado su desayuno favorito mientras que Shura recogía los platos para lavarlos, cuando de repente ella se detuvo en seco y en cuestión de segundos se había colocado su máscara rápidamente sobre su rostro antes de que un rostro ajeno la observara, era nada más y nada menos que de Jinmen, el hijo de Deathmask y Afrodita:

–Nashi-chan, no pensé que te darías cuenta– dijo frustrado mirando a la castaña con su rostro ya cubierto.

–Eso es porque si hubieras visto su rostro, ella no dudaría en matarte, hermano, ¿a poco crees que ella podría amarte?– dijo una peliceleste enmascarada que venía ingresando al templo.

–Bueno, ¿Qué los trae por aquí?– pregunto de forma seca la castaña levantándose de su lugar.

–Venimos porque le pedimos permiso a nuestros padres y a la diosa Athena en tener una salida para nosotros, ya que nos la pasamos siempre entrenado todo el día y no tenemos el tiempo para nosotros–

–Pero acaso son tontos, ¿Cómo pudieron decirle eso a Atenea?– pregunto enojada.

Ambos hermanos estaban asustados, pero Aioros intervino tomando el hombro de su primogénita:

–Nashira hija, sé que tú eres una de las santas de Athena más fieles con una responsabilidad muy grande, si la diosa permitió el permiso a tus amigos es porque tú y ellos han trabajado muy duro para entrenar las futuras generaciones de este santuario donde ella lo reconoce. Y además nuestra diosa te está dando una oportunidad para que te des un respiro y salgas con tus amigos en lugar de quedarte como ermitaña en tu templo, yo te concedo el permiso sin problemas–

Su padre Aioros tenía razón, no podía cuestionarlo ya que toda su vida se había esforzado por ser la mejor sirviente de Athena llegando muy alto hasta convertirse en toda una gold saint siempre poniendo la responsabilidad al 100, dejando de lado su vida social y amistad.

Ya que ella y los dos hermanos eran el nuevo trio dorado más fuerte de santuario y por ser los primeros gold saint nacidos de la nueva generación, donde anteriormente lo eran su "madre", Deathmask y Afrodita, sus "tíos", ya que se sobresale por la lealtad, el espíritu y la belleza.

Después de pensarlo, Nashira solo pudo pronunciar unas palabras:

–Está bien padre, tienes razón, he dedicado mi vida a mi diosa y es momento de darme un descanso, pero regresare temprano lo más pronto posible– dijo calmada.

–Descuida, puedes llegar la hora que quieras– dijo su "madre".

–De acuerdo, pero mañana temprano iré a entrenar con mis discípulas– respondió.

–Bien, si ya le concedieron el permiso a Nashi-chan, es momento de divertirnos– dijo el santo de cancer entusiasmado.

–Hermano, compórtate, llevaremos a Nashi-chan al cine, no se preocupen señores, se la regresaremos–

–Tómense el tiempo que puedan, aprovechen el día para divertirse– dijo Aioros sonriente.

–Vamos Nashi-chan– dijo la peliceleste.

–Iré por mi chaqueta– dijo con tono frio del cual ambos hermanos estaban acostumbrados.

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En otra parte, en el tercer templo, Kanon atendía a sus hijos gemelos apenas recién nacidos, con la ayuda del rubio uniceja, Radamanthys:

–La pequeña Mirai ya se durmió en mis brazos, se ve tan adorable– decía meciendo a una bebita de cabellos violetas.