Abre los ojos, Aioria

Capitulo VI

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Al día siguiente en la salida del Santuario, ambos padres despidieron a su primogénita con un abrazo donde le desearon suerte:

–Tratare de no tardar– dijo la castaña colocándose su pandora box.

–No te preocupes, todo saldrá bien, solo procura que hagas un buen trabajo– dijo el pelinegro.

–Pase lo que pase, no te dejes vencer, demuestra lo que un santo de oro puede hacer– dijo con determinación y orgullo el castaño.

–Si padre, lo haré– dijo al final la castaña para después irse.

La pareja se quedó ahí un rato hasta que su primogénita haya desaparecido de su vista:

–No sé, pero me preocupa Nashira–

–Ella estará bien, logrará con éxito la misión–

–No me refiero a eso, me refiero en el sentido de que ella comience a hartarse de las reglas y se convierta en una rebelde–

–Nada puede pasar, ella ha procurado en ser una hija ejemplar donde yo me siento orgulloso de que lo sea, es la hija perfecta que nosotros dos pudiéramos tener, es más, tú también deberías sentirte igual–

–Lo sé, pero aun así no quiero que se sienta presionada, nosotros como padres tenemos que llevarla en diversas salidas para que se divierta un poco–

–Bueno, estuve considerándolo y a ver si Athena me concede el permiso de ir a Japón para visitar a su amigo de cumpleaños que no lo ve desde hace 10 años creo–

–Ahh, no lo recordaba, pero agradezco a sus padres de habernos ayudado en el intento de secuestro de Nashira a manos de los santos negros–

–Estoy seguro que ella y él se llevarán bien–

–Así es–

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En otra parte, en Francia, se encontraba Camus y Milo jugando con sus hijos gemelos de 4 años en el jardín del Palacio de Versalles, ambos eran niño y niña idénticos a su progenitor Milo, hasta que de repente llego una paloma mensajera que se posó en uno de los hombros de Camus:

–Ohh, Milo, es un mensaje del patriarca– dijo Camus abriendo la carta.

–¿Qué dice?–

–Dice que debemos dirigirnos ya en el Santuario porque es el turno de Aioros y Shura en tomarse unas vacaciones–

–Bueno, hemos estado por mucho tiempo aquí en tu país natal, aunque hermoso por cierto con una historia trágica, pero es hora de que regresemos al Santuario para que los niños lo conozcan y de paso conocer a los hijos de nuestros compañeros, si es que tienen–

–Tienes razón, es hora de que los niños se socialicen con otros niños de su edad y a la vez ponerlos a entrenar para que alguno de ellos sea tu sucesor–

–Muy bien, regresaremos dentro de 3 días– dijo a lo que el aguador asintió.

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En otra parte en la casa de Geminis, Kanon estaba haciendo el desayuno para su esposo y para sus hijos, aún estaba angustiado si Saga apareciera de nuevo para contarle la verdad a Radamanthys, no había podido dormir bien esa noche donde su rostro estaba notoriamente demacrado con ojeras y el cabello desordenado.