Capítulo 4

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Estacionó su vehículo en el garaje y se tomó unos segundos antes de entrar a casa. Estaba cansado, agotado y realmente deseaba dormir por largas horas, por suerte ese fin de semana tendría libre para descansar todo lo que deseara. Y es que era agotador intentar hacer hablar a la desgraciada de Toga para obtener información y, además, continuar trabajando con los demás casos bajo su cargo. Una cerveza esa noche de viernes era necesaria.

Había transcurrido un mes desde su infiltración en la mansión. Ochako decidió vivir con él luego de su breve conversación en el restaurante, todo iba bien, poco a poco ella se acostumbraba a su libertad y tener las decisiones de su vida en sus manos. Unos de sus primeros pasos fue tomar la iniciativa de educarse, Ochako deseaba ser un adulto apto para integrarse en la sociedad, por lo cual, le rogó estudiar para obtener sus certificados de educación. Obviamente no se los negó, así que la inscribió en una escuela para adultos cerca de casa, de la cual, podría ir y venir a su antojo, le tomó un par de días estar por su cuenta en las calles, pero la emoción que sintió ante el desafió la impulso y motivo aún más. Siempre vigilada de forma imperceptible por un guardia, después de todo no pensaba correr riesgos.

— ¡Por fin has llegado! — corrió Ochako lanzándose a los brazos de rubio — la cena de hoy será hamburguesas

Le dio unas palmaditas en la cabeza. Tuvo que enseñarle a cocinar tan pronto tuvo que comenzar a quedarse sola en casa, pensó en contratar una empleada, pero Ochako no se sentía cómoda estando con otra persona que fuera él. Así que le enseñó lo básico, cocinar, limpiar la casa, y cómo funcionaba cada artefacto. No le tomó demasiado tiempo, incluso ahora le joven experimentaba nuevas recetas a través de videos que observaba en el teléfono móvil que le había regalado. Se había asegurado de que ella siempre lo pudiera contactar.

— Huele bien

— Pareces cansado... ¿te estoy dando mucho quehacer nuevamente?

— Ya hablamos sobre el tema, así que olvida eso — se sentó en su sofá mientras aflojaba su corbata — es solo el trabajo

Durante ese tiempo Ochako había adquirido el mal hábito de culparse por su cansancio. Y es cierto que los primeros días cuidar de alguien que siempre estuvo encerrada fue agotador, pero ella siempre se esforzó por aprender y hacer las cosas por si mismas para ser de ayuda. Tuvieron una charla con respecto a ello, pero debes en cuando Ochako seguía deprimiéndose.

— Iré a tomar un baño, bajaré de inmediato para cenar

— ¿Zumo o cerveza?

— Cerveza, y bien fría por favor

— ¿Podemos ver una película luego?

— Mañana es día libre para ambos, así que está bien — dijo mientras subía las escaleras

Ochako sonrió para sí misma y fue hasta la entrada donde dejó colgada su mochila, de ella sacó una libreta escolar que su maestra en la escuela le había regalado. En la libreta, Ochako escribía cada cosa que aprendía de Katsuki, lógicamente escribir sobre lo que aprendía para sobrevivir era muchísimo más importante, pero anotar esos detalles que conformaban a este ser que cuidada de ella con dedicación se le hacía mucho más importante y divertido — bebe cerveza fría cuando está agotado — y la escondió nuevamente, ese era su pequeño secreto.

De repente, el timbre de la casa hizo su llamado, le pareció extraño, ya que los únicos que los visitaban era el señor Kirishima a quien conoció como amigo de Katsuki, y el guarda espaldas que se presentaba para presentar su informe del día, pero al ver por la mirilla se dio cuenta que no era ninguno de los dos, tan solo una bella chica de piel blanca y larga cabellera negra, lucia elegante y muy contenta, pero esa sonrisa se desvaneció en cuanto abrió la puerta. Ambas miradas se cruzaron.

Encadenados - Bakugō x UrarakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora