Capítulo 6

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Dos habitaciones, ambas separadas por una puerta corrediza, una era su habitación, la otra la estancia y cocina. Un pequeño balcón desde donde podía observar el paisaje, y ella... ¿dónde se encontraba? Ochako yacía escondida en la bañera del cuarto de baño, era suficientemente espacioso para una sola persona, todo el lugar lo era. Cuando la trajeron al lugar todas sus cosas habían sido acomodadas, la cocina estaba abastecida con toda clase de alimentos y refrigerios, el lugar decorado hermosamente. Lo odiaba.

Estaba sola, había sido abandonada. Llevaba unas pocas semanas viviendo por su cuenta y aun no lograba acostumbrarse al lugar, su único lugar seguro en ese momento era la bañera y aferrarse a un abrigo que Bakugō había olvidado días atrás al ir a dejarle dinero entre otras cosas que podrían ser de utilidad. Él tan solo dejó las cosas cuando no se encontraba en el apartamento y se marchó sin siquiera esperar por ella para hablar, incluso el tema de Monoma-san había sido dejado en el olvido.

La cama estaba intacta, no lograba dormir en ella. Durante una noche de insomnio arrastró su almohada hacia la bañera, al ser un lugar estrecho se sentía tranquila por el momento, y más cuando se cubría únicamente con el abrigo de Katsuki, ser cubierta por su aroma era medianamente confortable, pero también liberada la fuente de sus lágrimas.

A la mañana siguiente se dirigió a clases con normalidad, Monoma-san la miraba con evidente preocupación.

— ¿Ha sucedido algo? Pareces cansada, tienes enormes ojeras arruinando tu bello rostro

— Solo algo de insomnio. Debería retirarme, las clases terminaron y no me gusta permanecer en las calles más de lo necesario

— Si quieres puedo acompañarte, no pareces encontrarte en buenas condiciones

— Descuida, estoy bien

Monoma vio cómo se marchaba, sonrió ligeramente y siguió bebiendo con calma su vaso de café. A la distancia el muchacho también era observado con recelo, Monoma creyó sentir como era apuñalado con la mirada, pero no encontró a nadie cerca que fuera sospechoso. Se tranquilizó, su momento estaba por llegar.

Al anochecer, dentro de la casa de cierto rubio, una particular situación se estaba llevando a cabo. La muchacha hacia todo el esfuerzo posible por levantar el estado de ánimo del hombre, pero nada era suficiente. Yaoyorozu sin duda alguna era una mujer hermosa y con un atractivo sexual impresionante, pero nada de eso lograba entusiasmar a su objetivo. Parecía ido, su mente lejos del lugar.

— Bakugō-san... — habló de forma sexy mientras se trepaba en el regazo del rubio y con su mano seguía masturbando el duro miembro — es hora... estoy lista para ti

Bakugō la lanzó bruscamente contra la cama y le arrebato tanto el pantalón como la ropa interior, pero mientras se colocaba el condón se detuvo — Katsuki... — con mucha dificultad metió su erección dentro de los pantalones.

— ¿Qué estás haciendo?

— Puedes quedarte, me iré a otro lado

— Espera ¿piensas dejarme así? Sabes bien lo doloroso que es para un omega el estar excitado. Ven y tómame de una vez — dijo mientras abría sus piernas para él — Bakugō-san...

— Olvídalo

Katsuki fue hasta su mesita de noche donde saco una caja de supresores, las feromonas de Yaoyorozu lo estaban mareando, pero no en un buen sentido, se sentía asqueado como tantas veces que lo habían intentado. La envolvió en la frazada de la cama y se lo dio a tragar, le dio el tiempo suficiente para que se relajara y el medicamento hiciera efecto. Una vez calmada pensaba dejarla sola, pero se aferró a él.

Encadenados - Bakugō x UrarakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora