Capítulo 1

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Paredes húmedas y mohosas, la misma gota seguía cayendo por la pared de aquel viejo cuarto hecho de concreto, los barrotes estaban algo oxidados y probablemente pronto serían nuevamente reemplazados, al menos su estómago ya no rugía producto del hambre, pero eso tan solo podía significar una cosa... Era época de subastas una vez más. Considerando las precarias condiciones en las cuales vivía se mantenía en buen estado y con una excelente salud, les era conveniente, sus bolsillos se llenaban de forma exorbitante solamente una vez al año y gracias a ella.

No recordaba el cómo o por qué terminó en aquel lugar, un día tan solo abrió sus ojos y ya se encontraba dentro de esa fría habitación, su pasado se había desvanecido. Muchas veces gritó, lloró e incluso se rindió, pero no le permitían dejar este mundo, era valiosa para ellos, para sus bolsillos y asquerosos deseos de ambición por el lujo, pero de una cosa estaba segura, su pesadilla no duraría eternamente. Los grotescos hombres a los cuales era rentada pronto terminarían matándola ante el obsesivo deseo de poseerla, era incapaz de comprender su propio valor, tan solo sabía que era necesaria por el cuidado y trato especial que le daban, otros omegas también se encontraban cerca, podía sentirlos, pero jamás logró verlos o sentir la presencia de ellos por más de un mes, se marchaban a las pocas semanas de llegar.

Sintió pasos aproximarse y el mismo rostro de cada día se asomó por los barrotes, el sombrío hombre se inclinó y por la rendija de la puerta empujó su almuerzo hacía el interior — come... — ordenó con una ligera pizca de amabilidad, entre todos los que cuidaban de ella era quien más le hacía pensar que tal vez la salvación de ese lugar llegaría — debes estar bien para el próximo cliente de este año — pero con tal solo esas palabras él lograba desvanecer todas sus miserables esperanzas. Se desconcertó cuando vio que este rápidamente ingresó a su habitación, bueno, realmente a su celda para poder acercarse a ella. Tocó su rostro, cabello y minuciosamente revisó todas las partes visibles de su cuerpo, era la rutina de cada año antes de su subasta.

— En unas horas vendrá el médico a revisar lo demás — sostenía uno de los mechones de la chica — come, si te desmayas durante la exposición será un desastre — observó que en la mirada de la joven no existía intenciones de obedecer — no querrás que Toga venga de visita ¿cierto?

Le susurró cerca de su oreja erizándole la piel al simple hecho de nombrar a quien en teoría era su captora. Esa mujer tenía una mirada consumida por la locura, la demencia gobernaba su vida entera, era peligrosa, era quien la mantenía cautiva, probablemente también quien la había secuestrado de donde sea que perteneciera, cada vez que pensaba donde pertenecía su corazón se oprimía, algo la hacía querer salir corriendo de ese lugar, pero ¿hacia dónde?

— No es necesario — dijo de forma temerosa

— Eres una buena chica Ochako — le acarició la cabeza con gentileza — continua de esa forma y Toga no tendrá que venir por estos lados

— ¿Cuándo será el día?

— Cuando la luna llena este en su punto máximo — señaló la ventanilla cerca del techo de la celda — por ello debes prepararte

— Dentro de dos días... — dijo con pesar observando el exterior — ¿cómo habrá cambiado el mundo en esta ocasión?

— Tan solo sales una vez al año, pero eso no significa que existan grandes cambios en el mundo. La misma porquería de humanidad, la misma miserable división

— Ser un Beta no debería suponer una molestia para ti Dabi-san...

— Soy superior incluso a los Alphas — comentó con arrogancia — esa miserable casta con la que nací no me definirá, nos encargaremos de cambiar el curso de la historia

Encadenados - Bakugō x UrarakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora