Capítulo 3

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De izquierda a derecha, la mirada marrón viajaba desde un extremo otro observando con anhelo las esponjosas bolas de masa frente a ella, eran de lindos colores y olor delicioso, no sabía cuál escoger.

— Si quieres puedes tomar ambos — la chica brincó del susto y corrió para tomar distancia — debes dejar de hacer eso. Iremos de compras, así que come pronto

— ¿Me llevará devuelta con Toga?

— Jamás, ahora come

— ¿Y Dabi?

— No, come

— ¿Está bien que me quede con ellos?

— Tan solo come de una vez. Esta noche tengo cosas que hacer, no tengo mucho tiempo, apresúrate

— B-Bien...

Comió nerviosa sin comprender la amabilidad del extraño, no obstante, no se iba a quejar si le estaban ofreciendo deliciosa comida, y más si era su dulce favorito, no recordaba su sabor después de tantos años, pero la conclusión era la misma, era lo más sabroso de este mundo. No tardó demasiado en comer, así que tan pronto lo perdió de vista, aquel hombre la levantó en sus brazos y la llevó hasta el baño del piso superior — desvístete y a la ducha — le ordenó. El agua era caliente y relajante, cuando dejó la ducha pudo apreciar la forma de su cuerpo desnudo frente a un espejo que se encontraba en el baño. Sintió asco de sí misma como cada día, aunque no estuviesen ahí podía sentir cada mano que alguna vez la tocó dejando su huella, uno que otro chupetón continuaba ahí que dejó alguno de los guardias de Toga que se aprovechaban de cuando esta no miraba.

— ¿Está todo bien ahí dentro? — dijo a través de la delgada puerta de vidrio que separaba a la ducha del resto del baño — ¿necesitas ayuda?

— N-No es necesario que entre... puedo hacerlo yo misma

— Bien

Katsuki prefería conformarse con sus simples palabras y no presionar, era su primera vez libre en años y aunque deseaba monopolizar a Ochako, no debía olvidar darle su espacio. Ochako era como un pequeño gato maltratado, no confiaba en nadie más que en sí misma, fue una suerte para él que se dejara llevar por el momento.

Cuando terminó de ducharse, Ochako asomó su cabeza antes de salir, necesitaba estar segura de encontrarse sola, aún no confiaba en el hombre que la retenía dentro de esa casa, no importaba cuantas palabras lindas o alimento le diera, no daría su mano a torcer, si lo que decía él era cierto y Toga ya no vendría por ella, eso significaba obtener su libertad, no pensaba quedarse con él más de lo necesario, escaparía en cuanto tuviera la oportunidad.

Se colocó una a una cada prenda, era un simple vestido color turquesa hasta medio muslo, junto a unas medias negras que cubrían sus piernas por completo, los zapatos eran abiertos y de color blanco. Quiso observar cómo se veía una vez más en el espejo, el vestido era holgado en la parte inferior dándole libre movimiento, no llevaba mangas por lo que le daba un refrescante toque veraniego. Ochako se miró de pies a cabeza, era lo más decente que había utilizado en muchos años, lucia como una mujer común, no pudo evitar dejar escapar una lágrima, realmente no parecía la misma puta que siempre encontró en su reflejo.

— Luce mejor de que pensé

Ochako se giró para ver al hombre recargado en el marco de la puerta, ya no llevaba el traje de gala, en cambio llevaba unos simples jeans negros y una camisa azul, ahora lucia mucho más joven de lo que imaginaba. Dio un paso atrás estableciendo distancia entre ellos, el hombre se acercó obviamente ignorando ese hecho, en sus manos traía un lindo sombrero blanco del cual colgaba un listón de seda muy hermoso.

Encadenados - Bakugō x UrarakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora