La Maga Rizos de Oro

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La nieve cubría su camino, lo único que se admira en cada dirección que mirase eran capas y capas de pesada nieve, Arthur había olvidado los terribles invierno que vive el Norte de Europa en esta época del año y, lo peor era que el mismo Arthur sabía que la ventisca que actualmente lo azotaba, podría llegar a considerarse una brisa de verano si se comparaba con los peores inviernos que había visto esta zona.

Luego de haber terminado de hablar con Gabriel, Arthur partió de inmediato a su nuevo destino, entendía perfectamente el riesgo y peligro que conlleva esta misión. La Familia Silver no es para nada una familia normal, son usuarios de magia poderosa, temidos por su sellos mágicos, si Arthur era honesto, prefería no tener que luchar directamente con ninguno de ellos.

Por otro lado, un fragmento perdido en el Norte de Europa sin duda le llamó mucho la atención, ¿Cómo había llegado hasta ahí? Lo único que Arthur podía pensar es que dicho fragmento fue robado bajo las narices del propio Vaticano y, según las propias palabras de Gabriel, los Altos Líderes estaban eufóricos, tirándose la culpa los unos con los otros, pero ninguno daría la cara y, tristemente, preferirían ir a la guerra en vez de reconocer su error ante el Cielo.

—Este frio me congela hasta los huesos —Se quejó Arthur—. El Territorio Silver queda a 6 horas de camino, denme un respiro.

El territorio del cual la Familia Silver es propietaria desde hace más de 150 años, tiene la particularidad de estar rodeado por altas montañas picudas, montañas que fungen el papel de impenetrables muros, no es imposible llegar al Territorio Silver, pero debido a las enormes montañas que rodean la zona, muchos se lo pensarían dos o tres veces antes de querer un choque de frente,

Arthur sabe perfectamente que no llegará más lejos a pie, lo mejor que podía hacer era quedarse en un lugar cálido, esperar que la ventisca pasara y continuar el día de mañana su camino. Por suerte para él, un pequeño establecimiento resaltaba cerca de su actual ubicación, agradeciendo internamente a Gabriel por su bendición, Arthur caminó hacia el establecimiento, tocó la puerta 3 veces antes de abrirla y entrar al establecimiento.

—Buenas noches —Arthur miró a su alrededor.

Un local totalmente lleno, las mesas estaban repletas de personas cenando y otras bebiendo hasta desfallecer, prueba inédita de eso las docenas de tarros de cerveza sobre la mesa, por lo que Arthur pudo ver a primera vista, parecía que no había espacio para un alma más en el establecimiento.

—Disculpe —Llamó a la recepcionista—. ¿Hay lugar para una persona más?

—Como puede ver estamos llenos —Anunció la recepcionista—. Pero...

—Por favor, deme buenas noticias —Arthur rogó internamente.

—Queda una habitación, solo que no es técnicamente una habitación —La recepcionista explicó de forma confusa.

—Lo que sea, lo tomo —Aceptó Arthur—. ¿A dónde debo ir?

—Que conste, usted acepto —Sonrió la recepcionista—. Ve el establo de afuera, tiene leña y puedes calentarte, serán 3 monedas de bronce la noche.

—Me está jodiendo —Arthur la miró con recelo—. ¿Acaso tengo cara de caballo?

—No —Dijo la recepcionista—. Tienes cara de no saber en dónde pasar la noche. Por un lado tiene el establo y, por otro lado, puede pasar la noche entre la fría y esponjosa nieve, ¿Cuál prefiere, señor cliente?

No cabe duda que la recepcionista estaba disfrutando el momento, se estaba burlando descaradamente de él.

—Bien —Aceptó Arthur con enojo—. Tenga, aquí están sus 3 monedas de bronce.

Arthur Stone: El Despertar Del Rey (¡¡¡DISPONIBLE EN FISICO!!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora