Prólogo

362 37 12
                                    

Cuando era solo una niña pequeña e inocente, siempre llegaba a su mente una pregunta, ¿Qué es la vida? Ella no sabía porque pasaba tanto tiempo pensando en eso, pero siempre persistía en su mente aquella duda.

La vida.

¿Qué es la vida?

Lo pensó mucho, tanto que casi sale humo de sus blancas orejas.

¿Nacer, crecer, reproducirse y morir?

No... eso no.

Al menos para un Ángel como ella, al menos para un ser de luz destinado a una castidad eterna, al menos para ella... eso no significaba estar viva.

Entonces, ¿Qué era la vida?

Sentir, reír, llorar y alegrase. Durante muchos años, miles de hecho, ella pensó que nunca entendería el verdadero significado de aquel precioso regalo que es la vida.

Cuando era solo un Ángel recién creado por la gracia de dios, recordaba pasar todas las horas del día mirando hacia abajo, un terreno amplio, casi infinito, donde las más recientes creaciones de su padre habitaban.

En el Cielo se les denominó como seres humanos, seres parecidos a ellos, claro, si bien en apariencia física se les asemejaban, carecían de un par de alas y los poderes sagrados que ellos al ser Ángeles empleaban libremente.

Miguel, su hermano mayor, le decía cada día que no mirara mucho el mundo terrenal, que su papel estaba en otro lugar, realizando otra acción. Ella no lograba entender a que deseaba llegar Miguel con dichas palabras, muchas veces le pregunto a su padre cual era el papel que tenía destinado para ella, pero, aunque añoraba una respuesta clara y precisa, siempre obtenía la misma respuesta de parte de su padre: «Todavía no... aún es pronto para ti...».

Ella no llegaría al punto de decir que se molestaba con su padre, después de todo, un Ángel no puede ser un hijo rebelde, pero si podía admitir para sí misma que escuchar la misma respuesta cientos de veces, comenzaba a preocuparla.

Dios es un ser perfecto, una entidad que obtuvo la Divinidad al lograr la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Su padre no podía equivocarse, nunca lo había hecho; pero cuando descubrió que el papel de su hermano Miguel le fue dado días después de su creación, hizo que el miedo comenzara a invadir lentamente su ser, físicamente aparentaba ser una niña pequeña, pero ella había sido creada por Dios hace cientos de años, pero entonces, ¿Por qué aun no tenía un papel que fungir en el Cielo?

Quería ser útil, deseaba ser útil... añoraba serlo.

¿Acaso ella no estaba destinada a tener un papel?

¿Acaso por primera vez desde la creación misma, Dios se había equivocado al crearla?

No. Eso no era posible, se negaba a creer algo como eso, simplemente... no podía ser real.

—Hola, hermanita.

Aquella voz jamás podría olvidarla, ya que pertenecía a la persona que siempre venía a jugar con ella, le leía cuentos y le cantaba cientos de canciones con una voz angelical.

—Lucifer —Exclamó feliz el nombre de su hermano mayor—. Han pasado muchos días, ¿Dónde estabas?

—Mirando el mundo, hermanita —Respondió Lucifer—. Visualizando a través de mis ojos, el extenso mundo terrenal que tenemos debajo de nosotros.

—Padre se molestara otra vez —Dijo ella—. No le gusta que bajes sin su autorización.

—Bueno, entonces hagamos de esto nuestro secreto —Propuso Lucifer—. ¿Aceptas, hermanita?

Arthur Stone: El Despertar Del Rey (¡¡¡DISPONIBLE EN FISICO!!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora