Capítulo 2 "Bienvenida a Le Sommet"

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Viernes 8 p.m.

Instituto Le Sommet, Ginebra, Suiza.

El fin de semana antes del inicio de clases siempre era considerado como uno de los días más ajetreados por la directora Olsen. Autos de todas las marcas posibles, de lujo obviamente, se estacionaban frente a la entrada de la escuela a diferentes horas del día, de ellos bajaban niños y adolescentes, hijos de las personas más importantes del mundo. Algunos eran acompañados por sus padres, otros llegaban solo con la compañía de sus choferes, tal como era el caso de la persona que estaba por llegar en un bonito Mercedes Benz negro. Jennie Kim.

La imponente heredera Kim se encontraba al borde del colapso mental o de un posible suicidio a falta de sus sueños de belleza, o eso le había dicho a su mejor amiga Jisoo todo el camino. Ambas habían tomado un largo y cansado vuelo desde Nueva Zelanda un día atrás, después de dos escalas y varios retrasos que, para su desgracia, ellas no podían controlar, al fin estaban en presencia del hermoso bosque que rodeaba a la escuela.

- Jendeukie, cálmate por favor – Jisoo veía por la ventana mientras intentaba mantener su paciencia intacta, pero después de escuchar las quejas de su amiga por milésima vez empezaba a creer que caminar a la escuela era una buena idea.

- No puedo Jichu, todo esto me parece detestable – bufo visiblemente irritada - Si me hubieran dicho que no iba a dormir en más de veinticuatro horas no hubiera venido. - Mentira. A Jennie no le parecía detestable ir a Le Sommet. Amaba su escuela. Tanto ella como Jisoo eran alumnas desde los 8 años, básicamente era su hogar.

Lo que pasaba era que Jennie estaba de mal humor debido a sus padres. Sus ricos e importantes padres que de nuevo le habían prometido llevarla a la escuela, tomarse un día de su importante tiempo para estar con su hija, ella por su puesto les había creído. Es por eso que cuando la asistente de su madre la esperaba en la puerta de su casa para llevarla al aeropuerto, el corazón de Jennie se rompió un poco más, si no es que ya estaba lo suficientemente roto.

Fingió que nada le pasaba cuando recogieron a Jisoo unos minutos después, pero al ver como los padres de su mejor amiga la abrazaban y le repetían lo mucho que la querían, Jennie deseo estar sola para poder llorar. Dos minutos después, los brazos de su mejor amiga la envolvieron en un abrazo, se conocían tan bien que la mayor solo necesito un par de miradas para saber cómo se sentía su amiga.

A diferencia de sus padres, los papás de Jisoo, que, aunque eran igual de poderosos e importantes, eran muy amorosos, siempre estaban al pendiente de la surcoreana y si no iban a llevarla a la escuela era porque Jisoo lo quería de ese modo. Desde pequeña siempre había sido muy independiente y aunque amaba a sus padres, prefería llegar a la escuela solo con su mejor amiga, además de que sabía que los padres de esta, no iban a acompañarla por más que lo prometieran, por lo que prefería no hacer sentir incomoda a Jennie con la presencia de sus padres.

- Vamos Jen, este año va a ser increíble, después de todo vas a ser capitana, y yo voy a ser la mejor amiga de una capitana - Jisoo sonrió mientras terminaba de aplicarse un poco de rubor, al parecer el viaje si había dejado algunas heridas en ella, pero era una Kim, y una Kim no iba a dejar que nadie la viera así, después de todo tenía que mantener una reputación.

- Ya te dije que no voy a meter alcohol de contrabando Chu. - La morena rodo los ojos, estaba cansada de repetirle a su amiga que no iba a usar su nuevo poder para su beneficio.

- ¡JENNIEEE! – la mayor grito dejando un poco sordo al chofer, al mismo tiempo se levantó un poco de su asiento con total indignación, no lo podía creer, Jennie estaba desperdiciando su nuevo lugar en la jerarquía de la escuela. Bufo, definitivamente ella lo usaría mejor.

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