- Hola – Jennie habló con cierta timidez mientras Lisa se quitaba los audífonos.
- H-hola – la menor sonrió. En cuanto levanto la vista, creyó estar soñando.
Lo que tenia frente a ella era indescriptible, definitivamente todos aquellos bellos jardines se estaban muriendo de envidia.
- Veo que estás bien – Lisa la miro confundida - M-me refiero al choque que tuvimos el otro día, no te lastime ¿o sí? – la tailandesa negó mientras soltaba una adorable risa que causo algo en el pecho de la morena.
- Oh no, estoy bien, no te preocupes Jennie.
- ¿Sabes mi nombre? – pregunto sorprendida.
- Bueno... yo... todos... Irene me lo dijo – estaba totalmente sonrojada y demasiado nerviosa.
- Entonces estuviste preguntando por mi – la surcoreana dijo con una divertida sonrisa.
Lisa se sonrojaba cada vez más, se limitó a bajar la cabeza mientras jugaba con su lápiz.
- Solo bromeo – dijo al mismo tiempo que se sentaba frente a ella – Ahora que lo pienso, tú sabes mi nombre, pero yo no sé el tuyo – no pudo evitar levantar una ceja.
- Lisa, b-bueno Lalisa Manoban, pero todos me dicen Lisa – por primera vez se estaban viendo directamente a los ojos.
- Encantada Lisa – Jennie tomo la iniciativa y extendió su mano hacia la chica.
Por un segundo Lisa miro la mano como si creyera que estaba soñando. Su mano temblaba, y cuando finalmente toco la de Jennie sintió una especie de corriente eléctrica por todo su cuerpo. Jamás se había sentido así. La chica que tenía en frente la había hecho sentir algo que en sus 17 años nunca había sentido.
Cuando sus manos se separaron Jennie miro con curiosidad la libreta que Lisa tenía en sus piernas.
- ¿Qué hacías Lisa?
- Dibujaba.
- ¿Qué dibujabas? – volvió a preguntar.
Lisa señalo unas rosas que estaban frente a ellas.
- ¿Puedo? – esta vez Jennie señalo el cuaderno.
- S-si claro, no es muy bueno, pero toma – dijo mientras le extendía el dibujo a la morena.
La mayor inspeccionó el dibujo minuciosamente, era mejor que los que hacía Lauren.
- Lisa esto es muy hermoso – era completamente honesta. – Muy hermoso – esta vez lo dijo mirando directamente a la tailandesa.
- Gracias Jennie – ni siquiera un tomate estaría más rojo que Lisa en ese momento.
- Déjame adivinar, por tu talento para esto, debes estar en artes ¿cierto? – la menor asintió - ¿Y esto es lo que quieres hacer? Me refiero a lo que te quieres dedicar – pregunto con mucha curiosidad.
- N-no en realidad. Me gusta dibujar, pero mi verdadera pasión está en el baile – estaba hablando con muchísima alegría – Aunque aún no soy tan buena, espero algún día serlo – agregó con una sonrisa.
- Quizá algún día me dejes comprobar eso – rojo, rojo y cada vez más rojo, era el color que la cara de Lisa tenía cada que Jennie le decía algo.
- Qu-quizá – contesto mientras desviaba su mirada – Yo no te pregunte en que estás – la verdad es que Lisa sabía que la mayor estaba en Negocios, recordaba que Irene había dicho que la chica era la capitana de esa área, pero no quería parecer una acosadora.
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Instituto Le Sommet
RomansaEl Instituto Le Sommet, el internado más importante y prestigioso del mundo recibe cada año a hijos de famosos, de importantes empresarios e incluso miembros de la realeza. Todos sueñan con saber como es estar dentro, con conocer a la élite de la...