Stay With Me | J.Jungkook

Capítulo. 13.

Salí del baño envuelta en mi toalla blanca dirigiéndome hasta el vestidor para seleccionar la ropa que usaría hoy, agarré un short corto de mezclilla junto con una camiseta blanca, me calcé mis Vans y me amarré a la cintura una camisa blanca de cuadros en negro. Mientras me cambiaba, el recuerdo de lo ocurrido la tarde anterior invadió mi mente arrancándome una sonrisa, miré hacia la cama sintiendo como mis mejillas se encendían y todo volvía a repetirse como una película en mi cabeza... Nunca en mi vida había experimentado algo como eso... Tuve novios, pero nunca pasaron de besitos en la boca y caricias tontas. Esto había sido otro nivel completamente desconocido para mí, las sensaciones que experimenté me hicieron cuestionarme si el sexo sería igual de placentero y de ser así, me estaba perdiendo de muchas cosas, pero aún sentía miedo de hacerlo por primera vez, todavía no me sentía preparada para dar ese gran paso. Por otro lado estaba la situación de la persona que elegí para que explorara mi cuerpo... Sabía que confiar en Jeon Jungkook había sido una completa locura, además de que si nuestros padres se enteran, a él lo desheredan y a mí me encierran en un convento por el resto de mi vida, pero algo en mi cabeza me dijo que me lanzara y así lo hice... Solo espero no estrellarme contra el pavimento y salir gravemente herida... Mientras los sentimientos no se interpongan, creo que todo va a estar bien...o eso espero.

Salí de mi habitación yendo rumbo hacia la cocina donde se encontraba Susy preparando el desayuno. Solté un sonoro "hola" que la hizo pegar un pequeño brinco del susto.

− Hani, me asustaste − se puso la mano en el pecho.

− Tienes que estar alerta Susy − sonreí yendo hasta la nevera para sacar la jarra con el zumo de naranja − ¿Qué hay de desayuno?

− Tostadas, panqueques, ensalada de frutas...

− Suena bien − la interrumpí acercándome hasta la fuente donde había preparado la ensalada, agarré una fresa y la metí en mi boca.

− Siéntate, que ya te lo llevo − abrió el horno y sacó los panqueques que tenía guardados dentro.

− Susy − me senté sobre una de las banquetas que rodeaban la isla de la cocina − Sabes si...

− Salió temprano − se giró con la bandeja del desayuno en sus manos y una amplia sonrisa.

− ¿Cómo sabes de quién estoy hablando? − fruncí el ceño agarrando el tenedor para empezar a comerme aquel delicioso panqueque.

− Porque es el único que está en la casa.

Bufé y puse los ojos en blanco... Claro que es el único, ya que mi madre me dejó sola por ir a buscar su preciado vestido de novia... Seguí degustando de mi festín cuando el teléfono vibró sobre el mármol negro llamando por completo mi atención, el nombre de aquel chico que conocí en el parque se hizo presente en la pantalla y sonreí como tonta al leerlo.

− Hola − mi tono había salido algo alto y la vergüenza se apoderó de mi cuerpo...¿seré tonta?

− Hola linda, ¿cómo estás?

¡Oh dios! Me llamó linda.

− Todo bien y tú ¿qué tal estás? − llevé la uña de mi dedo índice hasta mi boca para morderla... Estaba algo nerviosa.

− Perfecto − hizo una pausa y cuando pensé que ya no iba a hablar más, su hermosa voz retumbó en mi oído − Quería invitarte a dar una vuelta y tomar algo...es que estoy un poco aburrido acá encerrado en la casa, necesito hacer vida social.

− Si, te comprendo − sonreí − Está bien, me gusta la idea.

− Okay, entonces te paso a recoger...