Capítulo. 11.

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Me solté lo más rápido que pude de su agarre para encararlo frente a frente, pero al verlo directo a los ojos y sentirlo tan cerca de mí mis piernas empezaron a temblar. Me giré sobre mis talones para alejarme, pero sus grandes manos agarraron mi brazo halándome hacia él logrando que mi cuerpo chocara contra su musculoso pecho.

− Te hice una pregunta Hani − la vibración de su voz gruesa viajó por todo mi cuerpo encendiendo cada parte de este volviéndome vulnerable a su toque.

Pasé saliva por mi garganta y levanté la mirada hasta posarla en aquellos orbes oscuros que me escrutaban poniéndome mucho más nerviosa de lo que ya estaba. Logré armarme de valor y respondí lo más convincente posible.

− ¿Qué no es obvio? − ladeé la cabeza con una media sonrisa en mis labios − Disfrutar de la fiesta.

− Estás jugando con fuego Kim Hani... y te vas a quemar − verlo desde esta posición, con su pelo castaño oscuro cayéndole por su hermoso rostro y sus perfectas cejas arqueadas formando una V en la unión de su nariz, me estaba robando el poco juicio que aún quedaba en mi cuerpo... Este hombre con solo una mirada podía lograr lo que quisiese conmigo y agradecía el hecho de que él aún no lo supiera.

Me acerqué hasta su oído y murmuré.

− Yo no le tengo miedo al fuego, al contrario − mordí ligeramente el lóbulo de su oreja estremeciéndolo − Me encanta verlo arder − susurré esto último con una amplia sonrisa.

Había descolocado al mismísimo Jeon Jungkook, eso sí que era historia. Me separé de él con aquella sonrisa juguetona aún en mis labios y pude observar como sus ojos viajaban sin hallar un lugar donde posarse, estaba aturdido por mi reciente acto de valentía, el cual si no me hubiera bebido aquella cerveza estaba completamente segura no haría ni muerta.

Me alejé de él yendo rumbo hacia donde se encontraba Jimin y Tae, este último me brindó otra botella de cerveza la cual acepté al instante, sabía a la perfección que ese pequeño acto de rebeldía me iba a costar caro con mi querido hermanastro, pero no le pondría atención por ahora, todavía se estaba recuperando del pequeño shock.

− Hani, vamos al agua − Tae me agarró por la mano llevándome hasta la entrada de la piscina. − ¿Nos lanzamos juntos?

− Está bien − sonreí − A la cuenta de tres − me coloqué mejor en el borde de aquella inmensa piscina y comencé la cuenta − Uno...Dos...y ¡ahhh! − solté un grito cuando me agarraron por la cintura y me alzaron en el aire cayendo sobre un fornido hombro, dejándome ver un estupendo trasero cubierto por un short negro de baño. − ¡Jungkook!

− ¡Cállate! − palmeó mi trasero arrancándome un respingo.

Mis mejillas se pusieron rojas al ver como todos los chicos que se encontraban en la piscina nos miraban expectantes a la escenita que estaba montando mi querido hermanastro.

− ¡Bájame! ¡¿te volviste loco?! − golpeé repetitivas veces su perfecto trasero, pero no recibí respuesta alguna.

− Tú te lo buscaste Kim Hani − aquella voz gruesa estremeció mi piel y sus grandes manos colocadas sobre mis muslos encendían mi interior acelerando mi corazón desenfrenadamente.

− ¡A ti se te safó un tornillo! − protesté − ¡No puedes cargarme como si fuera un saco de papa cada vez que se te pegue la maldita gana!

− Modera el vocabulario señorita − volvió a azotar mi trasero ahora sacándome un pequeño gemido − ¡No hagas eso! − gruño y sentí como su agarre en mi muslo se intensificaba.

− ¿Qué no haga qué? − sonreí ladina... Si ya me había metido en la cueva del lobo, por lo menos debería disfrutar de lo que me pudiera ofrecer... Amaba ponerlo de esa forma, aunque sabía que estaba jugando con el mismísimo diablo.

Stay With Me | J.Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora