Jin un Alfa de la especie de lobos Bora, que desde la muerte de su Omega, perdió toda motivación. Pasaron 15 años y sólo queda el rastro de aquel gallardo lobo, que sacaba suspiros a todos a su paso.
Cierto día decide obedecer a su amigo guardaespa...
. . La vida te manda muchos obstáculos ¿Estás listo para afrontarlos? . .
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Taehyung fue dejado en las manos de MinHoo para que le ayudara a quitar ese artefacto y poder darse un baño.
—Yo… puedo solo— balbuceó tímido, no quería que nadie lo viera desnudo después de que su Alfa lo había tomado, porque de seguro tenía marcas en su cuerpo y eso los tendría mal a todos.
—No, eso es mentira. Es complicado sacar este cinturón de castidad— MinHoo no lo dejó solo, ambos ingresaron al cuarto de baño del segundo piso de la pagoda.
Jimin los vio ingresar, dejó su quehacer y fue tras ellos pues vio a Tae con el rostro acongojado y apenado. Quizás necesitaría de su ayuda.
—Listo, ya prendí la tina. En unos minutos estará caliente y verás que se te irá la sensación fea que te haya dejado ese cinturón— MinHoo habló con confianza, acomodando un par de banquillos en el suelo.
Tae notó las intenciones de MinHoo, no quería que lo bañara. Sintió miedo y un escalofríos le recorrió el cuerpo cuando notó algo escurrirse lentamente de su entrada.
—No tengas pena Vante, te he visto desnudo un millón de veces— habló suave al notar que Tae retrocedía, evitando ser tocado.
—Yo puedo ayudar— se escuchó la voz de Jimin, quien entraba rápidamente al cuarto de baño, cerrando con seguro la puerta tras de si.
Tae se sentía más seguro con Jimin allí, aunque de igual forma no quería ser descubierto. Lastimosamente parecía que no había escapatoria, optando por ya no resistirse. Deseando que sus amigos no reaccionaran muy mal.
Jimin lo ayudó a quitarse el kimono que aún derramaba agua del estanque. MinHoo tomó la llavecita que Hoseok le había entregado, se agachó esperando que Tae sea despojado de sus prendas.
Segundos después, Jimin y MinHoo quedaron boquiabiertos, el cuerpo de Tae parecía un mapa. Había marcas de mordidas, chupones, leves rasguños, sus pezones estaban a plena vista inflamados o algo así, porque se veían rojos y más abultados de lo normal, clara muestra de que alguien había succionando y mordido muy bien de ellos.
Ambos omegas tragaron en seco, alzando la mirada, viendo a Tae más rojo que un tomate por ser analizado por más ojos que no fueran los de su Alfa.
—¡¿Qué te hizo el desgraciado?!— MinHoo estaba enojado, alguien se había aprovechado de su pequeño y aunque sabía que tarde o temprano pasaría, tenía la esperanza de que fuera en un futuro lejano.
—No… él no…— Tae no pudo terminar de responder porque MinHoo abrió rápidamente su cinturón de castidad, sacándole un gemido al sentir lo brusco que fue el Omega mayor en sacarle ese tapón de su entrada.
