Rechazo

264 39 13
                                    

Ciertamente a Raizel no le gustan las reuniones grandes, ni las multitudes, pero a sus hijos les vendría bien conocer a los otros nobles. El aura de él noblesse intimida a muchos, inspira respeto y sumisión, su gran belleza deslumbra a todos, aunque pareciera que los intimida, eso no es así, se siente incómodo, se acerca y pega disimuladamente a Frankenstein, levanta su mirada para encontrarse con los ojos de su sirviente, - tranquilo Raizel, todo estará bien - los ojos del pelinegro brillan, dijo su nombre, la mirada del más bajo se ilumina con ilusión acompañada de cariño y un rubor en sus mejillas, el rubio al darse cuenta de su pequeño error se sonroja igual.

Raisa imitó el gesto estoico que suele ver en su madre en sus batallas, y Hastam lo tiene de forma natural, su aura es igual ala de Frankenstein, oscura y pesada, daba miedo. Un joven musculoso y albino se les acercó, - Raizel-nim, Frankenstein, es un placer verlos de nuevo - saludo el líder de clan más poderoso, - así es - concordó el mayor de los tres. Raisa y su hermano caminaron al banquete, tomaron un vaso de lo que parecía ser vino, la mayor lo probo, en efecto era vino, pero uno muy suave y dulce, miro a su hermano y asintió, luz verde para avanzar.

Ambos se encontraban bebiendo el suave vino, parados cerca de la puerta que da al jardín del castillo, - ¿cómo te sientes? - pregunto la mayor mientras veía de reojo a su hermano, no es como si no pudiera escuchar a los nobles burlarse de sus ojos o de su no pureza, el menor levanto su mirada a su alta hermana, - no lo sé, todos nos miran como si tuviéramos que pasar una prueba, y estuviéramos reprobando - su mirada se volvió fría y calculadora, ella asintió dándole la razón, las conversaciones de otros nobles juzgando a los híbridos, ni siquiera consideraban a Hastam como hijo de Raizel, creían que era hijo de una aventura del sirviente del noblesse con una humana.

Se adentraron al jardín, pasearon entre flores hermosas, el cielo estrellado los acompañaba, el silencio era reconfortante. Alguien toco el hombro de la mayor, volteo desconcertada, - señorita Raisa, ¿qué hace aquí?, -, - Regis-nim - dijo con formalidad y con un pequeño tono de sorpresa, Hastam levanto una ceja mientras seguía cruzado de brazos, - me parece que necesita compañía -, extendió su brazo invitándola a caminar, algo sonrojada la joven acepto la invitación entrelazando sus brazos. Hastam solo pudo ver como su hermana se iba de ahí junto con el líder del clan Landegre, no mucho después pudo ver a un joven de aproximadamente su edad, albino y de ojos rojos como la sangre, un noble pura sangre.

El rubio se acerco al albino, tenían la misma edad, y seguro el también estaba escapando de los mas grandes,
el rubio tocó el hombro de Ragnar, el albino tomo la mano de Hastam y aplico una llave, dejando al pobre oji azul en el suelo y mirando avergonzado y enojado al mayor, - eres un humano, como te atreves a venir a estas tierras sin permiso - mencionó el albino mientras lo miraba asqueado con el puño levantado y listo para acertar un golpe al según él, humano.

- hermana - mencionó con los ojos llorosos y las mejillas sonrojadas. Como si de una suave brisa se tratara la nombrada llegó, su hermano la llamó inconscientemente por su contrato de sangre que los unía a toda la familia, esta medida fue recomendada por Frankenstein, como una opción ya que Hastam no poseía poderes telepáticos. Raisa al ver a su querido hermano menor y siendo la sobre protectora hermana que es, no dudó en usar su poder.

- suelta a mi hermano - su voz heló la sangre del albino, su cuerpo flaqueó y soltó al sucio humano, el rostro de Ragnar era una mezcla enojo e impotencia, ni siquiera su cuerpo le obedecía. Cuando pudo levantar la vista su mente quedo estupefacta, como una híbrida podía doblegarlo, - ¿dijiste hermano?, asquerosa híbrida - pregunto indignado y asqueado el noble, - acaso eres sordo - se burlo la mayor con un rostro que demostraba egocentrismo.

La mayor le dio una fuerte patada al albino que lo dejo fuera de combate, estiro su mano y cargo a su hermano menor como si fuera un costal de papas, - gracias hermana - mencionó agradecido su hermano. Si bien Raisa había heredado la mayor parte de su personalidad de su padre, su hermano heredó la personalidad de su madre, claro que al contrario de Raizel, Hastam no reprimía sus emociones como su madre, pero si no fuera por eso su madre podría pasar como un llorón.

Raisa le informó a su padre y su madre que se iría junto a Hastam en ese momento, Raizel sin dudarlo se fue con sus hijos con una expresión de preocupación que solo pudieron notar su familia. Aunque la mente de Raisa estaba en lo que paso en esa fiesta, asquerosa híbrida, enserio era eso lo que pensaban los nobles pura sangre de ella, no la respetaban por el simple hecho de ser una híbrida, ni siquiera cuando demostró su poder superior le temió o respeto ese noble albino.

Al llegar la primogénita se encerró en su habitación, se quedo mirando su rostro, sus ojos heterocromaticos, su cabello largo, rizado y negro como la obsidiana. Apretó los dientes y su rostro se deformo por el enfado y el dolor a su naturaleza híbrida, tomó la tijeras que estaban en su escritorio esparcida entre los colores y lapiceros que suele usar para sus manualidades. Entre lágrimas frente al espejo podía ver como caía mechón por mechón.

Al terminar su hermosa y larga melena se redució a unos cortos rizos que llegaban por sus hombros, y lo que destaco fue aquellos mechones que ocultaban su hermoso ojo azúl. No pudo aguantar y soltó a llorar, entre lágrimas y sollozos apretaba los mechones recién cortados de su cabello contra su pecho, ¿qué fue lo que hizo? Ella corto algo de lo que estaba orgullosa, su hermosa cabellera negra, aquella que había heredado de su padre, con el hermoso color del de su madre, ¿y todo par qué? Para complacer a los nobles idiotas que no la miraban como igual sino como algo que no debió existir.

Su llanto paró al sentir los cálidos brazos de Raizel envolviéndola en un protector abrazó, - Raisa - mencionó el hombre pelinegro con dulzura, comprendiendo lo que sentía su hija respecto a eso, él más que nadie sabía como es tener que cargar con las expectativas o que te señalen por lo que eres. - m-mamá - salio como un sonido lastimero de los labios de la joven acompañado de lágrimas y la acción de aferrarse al ahora más bajo. Raizel solo se limitó a consolar a su hija.

Hace unos capítulos pregunte si querían ver mis dibujos, y pues, aquí están.

Estos son los primeros dibujos de Raise, y de hecho desde el primer boceto, Raisa iba a tener el cabello corto y su fleco. El hecho de que la dibujara así fue porque se avergonzaba de ser híbrida, de hecho aquí lo mencioné.

Este son en versión chibi, y el garito que mencione en el especial de navidad, por obvias razones ya esta muerto.

Solo por Ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora