Amor de madre

192 26 2
                                    

Si Raizel pudiera evitar que su pequeña derramara lágrimas de sus hermosos ojos heterocromaticos,lo haría por Raisa y por Hastam podría dar su vida y estaría  feliz de hacerlo.

Sólo pudo soltar un suspiro al aire,  su vista se nublo parcialmente, le dolía  ver las marcas de lágrimas en las mejillas de su pequeña, desvío su mirada al tocador, en donde había mechones negros dispersados por doquier. La puerta se escucho abrirse,   en un silenciosos movimiento de parte de Frankenstein, volteo su mirada al hombre rubio, el rostro del noble mostraba dolor, angustia,  e impotencia al no poder defender a su hija.

Al ver a los ojos a su querido Frankenstein pudo ver que le pedía  salir afuera de la habitación, se inclinó y deposito un maternal beso en la frente de su hija. Su caminar era,  de cierta forma, raro,  o al menos tratándose de Cadis Etrama Di Raizel,  un ser que desprendía elegancia incluso al respirar, era raro y preocupante verlo caminar retorciéndose ligeramente los hombros, con su ropa desaliñada y arrugada, y sus ojos mostrando arrepentimiento y nervios.

- Raizel - exclamó el más alto, su voz se escuchaba tan preocupada. Con su rostro afligido y preocupado el pelinegro volteo su cuerpo al de su amante, con pequeñas gotas formándose en sus ojos lo abrazó, necesitaba un abrazo, su hija había sufrido y no pudo defenderla, ni mucho menos protegerla, - soy un fracaso de madre, Frankenstein - aseguró el joven de ojos color sangre. De un movimiento brusco, fue separado del cuerpo del rubio, rompiendo su abrazó. Estaba impactado por esta acción, pero no pudo ver los ojos de su amado sirviente, no pudo girar sus ojos para confrontarlo.

- Cadis Etrama Di Raizel, tu eres lo mejor que tienen tus hijos, eres la razón de ser de esta familia. Nunca creas lo contrario, eres mil veces mejor que las madres nobles de Lukadonia - su voz estaba cargada de enojó, dolor y veracidad, no podía discutir con Frankenstein cuando decía algo con tanta seguridad. El rubio tomó su mentón haciendo que tuviera que verlo, ver esos ojos azules que lo hipnotizaba, era como ver el basto océano y perderse en la hermosura de este. Fue rápido, en un instante sus labios se encontraron en un dulce beso, al separarse del beso una hermosa sonrisa se planto en los labios del mayor, su rostro seguía angustiado, pero también transmitía cierta calma.

De nuevo Frankenstein lo tomo de los hombros, no pudo evitar abrir ligeramente sus ojos por la sorpresa y sonrojarse, - que le parece si vamos a Corea otra vez, estoy seguro que a los niños les vendría bien - su forma de sugerirlo era como un padre cansado que quería unas vacaciones familiares, aunque eso es lo que era. Raizel soltó una ligera y elegante risa, acompañado de un asentamiento de cabeza.

Cuando Raisa abrió sus ojos, varios mechones cubrían su rostro, sus ojos ardían y se sentía decaída. Levantase fue difícil, pero vestirse lo fue más, no tenia mucha ropa de donde escoger, pero no se sentía como siempre. Se vio al espejo, vestía unos pantalones negros ajustados y una camisa blanca con cuello negro, su cabello corto le causo problemas, no sabia como peinarlo, así que lo peino como su madre, aunque era rebelde y rizado.

Al salir pudo ver a su hermano saliendo de su habitación vestido con ropa informal, una playera holgada roja y unos leggins, usaba unas pantuflas negras. Hastam soltó un bostezo mientras se estiraba y rascaba su cabeza, haciendo que su melena rubia se enredara, - buenos días, hermana mayor - saludo el rubio menor, - buenos días - la voz salio monótona. Ambos al verse se examinaron, Hastam formo una perfecta "o" con su boca, y sus ojos demostraban sorpresa, - te cortaste tu cabello - su voz pareció dudar, - si - en seco y directo fue la respuesta de la mayor, - tu hermoso cabello - volvió a decir el rubio sin poder creerlo. Raisa no respondió y en cambio emprendió su caminar al comedor en donde se sentó a comer su desayuno junto a Raizel.

Té con galletas con chispas de chocolate, era lo que comían Raizel y Raisa, mientras Frankenstein y Hastam desayunaban un filete acompañado de ensalada y jugo de naranja. - preparen sus maletas, iremos a Corea un tiempo - anuncio alegre el rubio mayor, todos estuvieron a punto de escupir su comida,(excluyendo a Raizel) estaban emocionados. - ¿en serio? - preguntó vacilante la mayor, ambos hijos voltearon a ver a su madre, el cual se los confirmo con un asentamiento y una sonrisa. - genial, siempre quise salir de Lukadonia - comento aceptando Raisa, - sera increíble, ¿cuándo nos vamos? - interrogó emocionado el menor de la casa, - hoy - respondió el padre, todos se atragantarón, Raizel miro a Frankenstein.

Al final todos empacaron sus cosas, los más jóvenes se encontraban nerviosos, nunca habían salido de Lukadonia, y ahora estaban en un avión privado volando por los cielos. Cada uno iba pegado en una ventana, mirando fascinados el cielo.

Al llegar al aeropuerto tomaron un auto y se encaminaron ala mansión de Frankenstein, en el camino los niños podían ver todo, y sus rostros mostraban un brillo de curiosidad, veían a los humanos pasar, tan agitados y apurados, los puestos de comida rápida, las tiendas departamentales. Pero al llegar a lo que seria su nuevo hogar quedaron maravillados, no se parecía a nada que habían visto, era muy bonito estar en un lugar donde podías tener vecinos.

Llegaron y fueron recibidos por un trio de humanos que ya conocían, - Tao, M-21 y Takeo, que gusto verlos - saludo contento el noblesse con una sonrisa maternal en sus labios, - igualmente Raizel-nim - concordó M-21, - vaya que siguen igual, en especial usted jefe - comento divertido el chico con corte de tazón. Las habitaciones fueron repartidas, quedando de la misma forma que en Lukadonia. Los hermanos estaban en el pórtico de la casa, hablando tranquilos mientras miraban ala gente pasar.

- ¿qué opinas? - cuestionó la mayor mientras miraba interesada a su hermano, - es hermoso, estoy feliz y es relajante. Siempre había querido convivir con humanos - respondió con una sonrisa Hastam, ambos tenían sonrisas en sus labios, y sus ojos mostraban tranquilidad y alegría.

Listo, capítulo nuevo, perdón por no actualizar en tanto tiempo. Surgieron cosas y el capitulo se borró así que lo tuve que hacer de nuevo. Espero les guste,bye~.

Por cierto me encanta este fan arte :)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Por cierto me encanta este fan arte :)

Solo por Ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora