Erick fue a buscar algo de comida pero no consiguió casi nada. Solo trajo una papa que cocine y la compartimos entre los dos. Como a las dos de la tarde me fui al cuarto para descansar mientras que Erick fue a cortar madera para venderla y poder cenar. El día estaba muy frio así que me eche entre las sabanas tratando de que las sabanas me dieran el calor necesario para que mi cuerpo estuviera contento. Cuando estaba casi dormida un grito desgarrador, lleno de dolor me hizo sobresaltar de la cama, me quede de pies para ver si solo era un sueño.
-¡Sujei!-Exclamo Erick con un grito que me hizo que mis vellos de la nuca se me erizaran.
Salí inmediatamente del cuarto, corriendo, pase tan rápido la cocina que no me di cuenta que la había pasado, en pocos segundos ya estaba detrás de la casa.
Erick estaba tirado en el suelo. Enzima de un charco de sangre, la sangre estaba por doquier. Su expresión en el rostro lo decía todo. Tenía mucho dolor. No acostumbro a ver a Erick así tirado llorando, ni siquiera lo eh echo ni una solo vez, así que me preocupe demasiado.
-Ho por todos los cielos Erick ¿Qué ha pasado?-Digo y las lágrimas no tardan en salir.
Empiezo a buscar daños por todo su cuerpo pero no encuentro nada. Está en la posición fetal, como un niño en la barriga de su madre. Pero es muy diferente, Erick está lleno de sangre
-Mi... Mi dedo-Dice entre dientes, casi no puede hablar.
Me arrodillo delante de él y tomo su mano derecha. Un escalofrió lleno mi cuerpo en pocos segundos, las nauncias no faltaron. Erick se había cortado por completo el dedo meñique.
-Tranquilo... Todo estará bien-Digo mientras mi voz se quebranta.-Vamos tenemos que ir adentro.
Dejo que el brazo que no fue lastimado se pose en mis hombros. Llegamos a la cocina y como pude lo senté en una de las sillas de maderas que el mismo había construido.
Siempre mi madre solía tener una pequeña caja que tenía los primeros auxilios. ¿Dónde estaba? Me preguntaba una y otra vez mientras mis ojos veían a todos lados.
-¡Claro! Bajo la mesa-Suelto por impulso.
No me hace falta ni correr ni caminar para llegar a la mesa, como estoy de rodillas me arrastro un poco y ya tomo la caja que está bajo la mesa.
Cuando me volteo para ver a Erick, él está totalmente pálido, tan pálido como la nieve que cae en los arboles de mi casa.
-Erick necesito que me ayudes, no cierres los ojos.-Le suelto.
Saco una venda de la caja.
Aun no puedo creer lo que tengo que hacer a continuación...
-Erick... Toma aire y respira hondo.
El cómo puede asienta.
Le queda aún un pequeño pedazo de dedo guindando... Tan solo un pedacito que tengo que arrancar.
Tomo su mano y sin pensar tiro de ese pedazo que queda. El grita tan fuerte que sé que se hizo daño en la garganta. No lo podía mirar a los ojos, sabía que si lo miraba iba a llorar. Le vendo los dedos tal cual como me enseño mi madre.
La venda no tarda en tomar un color rosa, hasta que al cabo de unos minutos ese rosa se convierte en un rojo fuerte.
-Ya está, ya termine-Digo tragando saliva.
Veo como esta tendido en la silla, y yo sin poder hacer nada, solo vendarlo y mirar como el dolor se lo consume.
-Mañana... Mañana son las elecciones del nuevo Cazador Sujei...-Dice Erick sin fuerza en su voz.
-Yo iré sola Erick.-Dije con firmeza.
-Sabes que por más que quieras no dejare que vallas sola-Dice Erick mirándome fijamente a los ojos.-Eres pequeña, no puedes sola-Siguió diciendo.
-Vamos Erick, necesitas dormir un rato.
-Prométeme que no iras Sujei-Dijo mirándome fijamente y sus ojos estaban con un brillo encantador...-¡Promételo!
-No iré...
Luego de un largo momento silencioso, pude ver su cansancio en sus ojos, esos ojos que pedían a gritos una cama, para poder al fin descansar...
-Vale Erick, tenemos que ir a dormir-Solté con suavidad...-Ya son más de las doce.-Seguí.
El no dijo ni una sola palabra mientras íbamos a la cama.
Luego de estar unos minutos acostados en la cama mire la cama de Erick y él ya estaba totalmente rendido. Claro que le había mentido... Necesitaba el puesto como cazadora, si no lo hacía moriríamos de hambre, las ventas de madera de Erick sinceramente no nos estaban sirviendo de nada, nuestras caras están cada vez más finas, si no hacíamos algo verdaderamente moriríamos.
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En busca de mi alma.
FantasíaDespués de mucho tiempo al fin pude contar mi historia. Mi nombre es Zujei. Siempre pensé que Satanás no existía o que solo eran mitos... Estaba equivocada, créeme nunca juegues con el, nunca trates de hablar con el, a mi hermano Erick y a mi nos q...