Capitulo: 5. Recuerdos que nunca se irán.

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Me levanto no gracias a los rayos de sol que por lo habitual son los que me despiertan en la mañana… Esta vez me despierto es por el miedo y la intriga que me dejo la horrible pesadilla.

Me siento en cama y veo hacia donde esta Erick, aún seguía con su boca abierta literalmente.  Recuerdo el sueño que he tenido en la madrugada y mi corazón se pone pequeño con solo el hecho de recordar que Erick intentaba matarme… Sacudo mi cabeza para dejar de pensar en el horrible sueño que he tenido. Me levanto y me dirijo al baño que sinceramente le falta unos cuantos retoques, esta tan espantoso que se me pone la piel de gallina cada vez que entro… Un ligero olor a madera quemada ha logrado de algún modo entrar por los huecos que tiene el baño haciendo que el olor sea casi imposible de soportar, me cepilló tan rápido como puedo y me miro al espejo para darme cuenta que tengo que peinar mi rebelde cabello.

Salgo del espantoso lugar y veo que Erick aún está totalmente dormido, aunque los rayos del sol no tardan de aparecer, eso lo despertara.

Salgo de la casa y el aire fresco me rosa el rostro y hace que mi vestido color Marrón se me levante, por suerte nadie me había mirado.

-Hola Sujei… Siento mucho lo de Ana-Dice Jaqueline mientras me da unas palmaditas en el hombro.

Jaqueline era otra pueblerina más, de unos cincuenta años de edad, su cabello aun seguí negro sin una sola cana, cosa que me parecía demasiado extraña. ¿Qué se acharara en ese cabello para que ni una sola cana aparezca? Mientras que su hija maría de unos quince años de edad está llena de canas.

-No se preocupe, todo está   bien… ¿y su hija maría? Tengo mucho que no la veo.-Le digo a la pueblerina.

-¡Jaqueline! Exclama un Sr desde la puerta de la casa de Jaqueline.

Me imagino que es su esposo.

-Lo siento Sujei… luego hablamos.- dice mientras recoje  la canasta full de manzanas.

-Ho, no se preocupe –respondo entre risitas.

Cuando me preguntan por ana me molesta tanto, es como si te volviesen a clavar el mismo cuchillo afilado que sentí cuando vi morir a ana, vieja e inocente.  No creo que ana sea una “bruja” como dicen algunos., y si fuese así que bruja tan buena, porque nos alimentó cuando nadie lo hacía, nos dio cariño cuando nadie lo hacía. Quizás en este mundo a veces tenemos que sentir el dolor ¿o como aprenderemos? 

Camino más o menos unas cuadras para llegar donde quería. Un hermoso poso llego de agua y peces, y árboles que adornan el hermoso paisaje. Unos hermosos animales como son los conejos, mariposas y liebres anda correteando y volando por allí, al fin y al cabo este es su hogar. Muchos pueblerinos vienen a este lugar para casarlos pero personalmente preferiría morir de hambre antes que matar a uno de estos hermosos animales, cuyo pelaje son tan suaves como lo es tocar un árbol de algodón. Erick y yo descubrimos este lugar gracias a  mi madre, ella siempre nos traía a este lugar hermoso, quizás para jugáramos un rato. Pero en realidad estábamos demasiados pequeños como para recordar perfectamente como para recordar cuando nos traía a este lugar.

Me siento un largo rato y una lagrima me baja por mis mejillas y me las quito rápidamente, aunque nadie me va a ver llorar no quiero llorar, no quiero recordar más a mi madre porque eso me hace daño, recordar a esa hermosa mujer alta, ojos azules como los de Erick y su cabello castaño… Una mujer valiente, decidida, pero sobre todo amorosa y cariñosa.

Aún recuerdo su muerte como si tan solo fuese ocurrido hace unos minutos.

Recuerdo que el día de su muerte yo estaba en la casa con Erick y mi padre, estábamos comiendo la sopa de granos que nuestra madre hacía, era una delicia mientras comía saboreaba cada cucharada.  Había pasado muchos minutos desde que mi madre dijo con cariño: Ya regreso, buscare algo para el postre, y su sonrisa de oreja a oreja. Pasaron los minutos y mi hermosa madre no aparecía. Claro que mi padre se preocupó, tanto que el salió en busca de ella. Cuando yo me había acabado la sopa al igual que Erick, empezamos a escuchar un gran alboroto frente a mi casa.  Yo miraba a Erick fijamente a el rostro para buscar una respuesta, pero me di cuenta que él estaba tan perdido de lo que sucedía como yo.

Cuando salimos de nuestra casa, vimos a un gran grupo de personas que hacían un circulo, como pudimos Erick y yo nos escabullimos esta llegar al frente del circulo… la más grande sorpresa era de que nuestra madre estaba tirada en medio del círculo, y todo le tiraban grandes rocas, recuerdo que en ese momento sentí como mi corazón se ponía cada vez más pequeño, un gran  dolor había tomado posesión de mi estómago, de mis ojos empezaron a brotar gruesas lagrimas que caían en mi vestido color rosa… El hermoso rostro de mi madre ya había desaparecido, solo encontraba un rostro lleno de sangre, y no le encontraba forma alguna, solo podía ver su ojos izquierdo ya que era el único que no lo habían tocado aun. Todo lo demás estaba lleno de sangre, su vestido color blanco, por supuesto que ya no era blanco, era un rojo intenso. Ella solo gritaba de dolor, mientras que yo la veía horrorizada. Cuando ella se dio cuenta que yo estaba allí, como pudo trato de levantarse mientras que su cuerpo mutilado le daba un gran dolor, cuando se puso de pies para venir así donde estaba yo, quizás para darme un último abrazo. Una lanza le atravesó el abdomen ella cayo de rodillas mientras su mirada se perdía en el suelo. En ese momento Erick como puedo me saco en peso de ese lugar mientras que yo lloraba, y gritaba tan fuerte, pero era inútil ya había muerto.

Luego de unos segundos de que entráramos en nuestro hogar, una mujer de unos cuarenta años de edad, entro a nuestra casa-Recojan todo, se irán conmigo. Nos dijo la extraña mujer. Claro aquella mujer que en su momento era extraña para nosotros era Ana. Nos fuimos a su casa un tiempo, allí nos explicó todo lo que había sucedido.

Mi madre iba a un lugar que nosotros desconocemos para nada más y nada menos que hacerle culto a satanás, ella le había vendido el alma al diablo… Cuando nos había dicho que iba a buscar algo para el postre nos estaba mintiendo. Cuando mi padre la fue a buscar la encontró rindiéndole culto a Satanás, como mi padre era un gran devoto de Dios por impulso fue y le contó a Selestine, ellos no dudaron de irla a buscar junto a la muchedumbre y matarla… Mi padre luego de unos minutos cuando vio a su esposa morir de esa manera tan bizarra fue a un árbol guindo una fina pero resistente liana y allí se quitó la vida, sin pensar en sus dos hijos que ahora quedarían solos.

-¿Qué haces acá tan sola hermana?-Me susurra Erick al oído, haciendo que me sobre salte.

-Nada-afirmo.

-Ven vamos a casa, niña malcriada- Dice Erick, estirándome la mano.

Empezamos a caminar por ese lugar tenebroso  que solo arboles hacen un camino. Un anuncio llamo mi intención, este anuncio estaba escrito a  mano y tenía la firma de Selestine.

El anuncio decía:

Queridos pueblerinos, por razones que no vamos a contarles, estamos en buscas de dos personas que quiera competir por un puesto, y ese puesto es nada más y nada menos que ser un líder del  grupo de los cazadores.

-qué tontería-Añade Erick, cuando finalizo de leer. ¿Quién va a querer ser parte de ese horrible grupo?

Sin vacilar de mis palabras solté con firmeza.

-Yo voy a competir por este puesto.

En busca de mi alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora