84: Diosa de Hielo vs El Más Fuerte

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El más grande de los miembros de La Orden Negra, no dudó en lanzarse contra la rubia. Saltó y trató de partirla en dos, con su hacha.

¡Expelliarmus! —Exclamó calmada, causando que las manos del gigante, fueran hacía un lado y su hacia saliera volando, haciéndola sonreír. — ¡Collosho!

— ¡¿Qué es esto?! —preguntó, ahora pegado al suelo.

—Es magia —dijo Daphne— ¡Crucio! —el gigante rugió de dolor, mientras cada célula de su cuerpo, parecía gritar con él, antes de lanzar un golpe al suelo, causando que una gran ola compuesta de hielo se alzara, tratando de aplastar a la joven. — ¡Evanesco! —el hielo desapareció y el sujeto corrió hacía Daphne, con una maza enorme en su mano derecha, tratando de aplastarla. — ¡Evanesco! —la maza desapareció, cosa que solo hizo enfurecer a su enemigo, el cual siguió corriendo hacia ella. — ¡Congelado! —una capa de hielo recubrió a su enemigo. — ¡Atrapado! —unas cadenas capturaron los brazos y piernas de su enemigo, mientras ella suspiraba. — ¡Magicus Extremos! —un haz de luz cayó sobre ella, aumentando el nivel de su magia, antes de guardar su varita. — ¡Titillando! —unas manos fantasmales, comenzaron a causarle cosquillas a su enemigo, dándole a Daphne el tiempo suficiente para realizar otro hechizo: unos Chakrams de hielo se formaron, alrededor de Daphne, antes de ir hacía su enemigo, cortando su torso y congelando las heridas. Con otro hechizo, cientos de puños de hielo surgieron del suelo, golpeando a su enemigo, con una gran fuerza, gracias al aumento de la magia de Daphne, siendo que eran demasiados y no podía contraatacar. Nuevas capas de hielo, comenzaban a congelar los miembros o el torso o cabeza de su enemigo, el cual luchaba contra los Chakrams y los puños, siendo congelado, golpeado y cortado. Daphne juntó sus manos al frente, y formó una esfera de plasma, haciéndola cada vez más grande, antes de arrojarla, contra su enemigo, el cual salió despedido, por algunos metros hacia atrás. El hielo y el calor, afectaron negativamente la armadura destrozándola. —Ahora es más feo —pensó, al ver las heridas de hielo y quemadura, en su enemigo, el cual rugió de la ira. — ¡Coffin Glacius! (Ataúd de Hielo) —el hielo rodeó a la criatura, Daphne juntó sus manos, con los dedos índice y corazón, tocando a su gemelo, dejando un espacio abierto entre ambos. — ¡Aqua Eructo! —exclamó, mientras que un chorro de agua, volaba por el aire, entrando en el ataúd. — ¡Infra Nulla! (Bajo Cero) —el agua se volvió hielo, quedando atrapado el sujeto aquel, en su interior. — ¡Krýos ánemos tou Thanátou! (Viento Frio de la Muerte) —pronunció en griego, mientras extendía sus manos hacía los lados y un viento mucho más helado soplaba, antes de que Daphne señalara con su varita, el ataúd, el cual fue recubierto con mucho más hielo, siendo reforzado. —Pronto, sufrirá una hipotermia —pensó la rubia, mientras cerraba sus ojos, para así concentrarse y buscar la ubicación de su esposo y compañeras, antes de Desaparecerse de allí.

Con el planeta siendo destruido, aquella Arca de Noé, ya estaba lista para partir, lejos de aquel planeta.

En ese momento, un ser apareció, se parecía a un hombre, pero su piel era plateada y montaba en algo, a lo cual Hermione y Harry, le encontraron un parecido a una tabla de surf. —En estos momentos, este planeta será devorado por Gah-Lak-Tus, con tal de saciar su hambre. No se molesten en intentar oponerse a mi señor, pues será...

El Arca Espacial, despegó y se alejaron del planeta y del sistema solar, a gran velocidad.

Una niña de piel rosada, cabellos negros y ojos de esclerótica verde, vio como en una luz, un ser gigante de color violeta apareció y devoró una especie de energía de su planeta, el cual murió a una velocidad inmensa. — "No" —susurró la niña— "Por favor, no"

— ¿Qué ha sido eso? —preguntó un asombrado Ant-Man.

—La paradoja de Fermi. —Dijeron Bruce y Rogue, de brazos cruzados.

La niña de piel rosada y cabello negro, miró hacia atrás, viendo como los héroes, parecían discutir algo, vio a uno de los líderes del planeta, conversando con uno de los sujetos que los sacaron del planeta, antes de que este fuera destruido.

Viajaron por muchas horas, quizás días, quizás semanas. La niña se quedó dormida, en algún momento, al despertar, se encontró ante una criatura a la cual ella llamaba Durbarum, pero que, para nosotros sería una Langosta, una con un tamaño colosal.

¿Quién eres tú?

Yo soy una parte de ti —dijo la Langosta. —Un poder inmenso, el cual te pertenece, mi pequeña Marvalad.

La niña frunció el ceño. —No soy Marvalad. Ella... murió junto a ese planeta, y todo es culpa de ese sujeto. —La niña y la langosta, vieron los recuerdos de la niña, a King. —Se supone, que ellos son... guerreros, pero no han podido evitar la destrucción de mi planeta. No permitiré que esto vuelva a pasar.

Y yo... estaré contigo. —Pensó la Langosta, mirando la pantalla, mirando a Harry Potter, sintiendo el poder de la Kitsune. —El odio, nos envuelve. El odio, casi irracional, por alguien en quien confiamos, pero a quien no conocíamos de nada... La Reina Kitsune. Y el Rey Langosta.

Ten cuidado. —Advirtió la Kitsune, haciendo que Harry se pusiera alerta. — Esa niña, ha despertado los poderes de una reina, o más bien... del Rey Langosta.

Harry Potter y la Batalla de los ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora