El brillo que esperaba.

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2005, Pasada una semana de lo acontecido...


ㅡ ¿En serio tampoco te atiende las llamadas? ㅡcuestionó KiBum, procurando una vez más en realizar la llamada al teléfono del menor. No habían hablado mucho, pero se saludaban al menos y era cercano a Jinki, así que, la preocupación se asemejaba a la del mayor.


ㅡ He intentado desde las mañanas hasta las noches y simplemente no recibo respuestas. Si tan sólo supiera dónde vive... ㅡ suspiró, recostándose por uno de los gabinetes del lugar, a espaldas de la entrada al salón de prácticas.


ㅡ ¡Hey! ¡HEY! ㅡ bajó el teléfono de la oreja y corrió al ver a TaeMin vacilar en ingresar y presenciar cómo retrocedía.

Lo tomó de la mano para detenerlo, se colocó frente suyo sosteniéndole de los hombrosㅡ ¿Dónde crees que vas?, ¿No vas a entrar?


Fue tomado por sorpresa al ser obstaculizado de esa manera y giró un poco la cabeza al costado, encontrándose con el mayor que, durante toda la semana de ausencia estuvo recibiendo sus llamadasㅡ Soy bueno solamente en el baile... ¿De qué me sirve intentar ser Idol?


Ambos mayores se miraron y Jinki decidió tomar la palabra ahora.


ㅡ Puedo enseñarte las clases que damos ㅡ inclinó un poco el cuerpo para verlo con una amable sonrisa.


ㅡ Jinki, tiene todo el tiempo libre después de las clases de canto, pueden entrenar juntos. No es muy difícil tampoco ㅡle soltó lentamente los hombros al notar que no intentaría escaparㅡ me gustaría enseñarte, pero debo cumplir con mi trabajo.


El menor estaba atónito por esa predisposición que tenían ambos en ayudarlo. La emoción de sentirse apoyado en ese cruel lugar fue tal que, los ojos se le llenaron de lágrimas.


ㅡ Oh, pequeño... No llores ㅡKiBum abrazó al menor haciendo un puchero mientras le acariciaba la cabezaㅡ somos amigos ahora, te ayudaremos en todo ¿no es así, Jinki?


ㅡ Ujum, así es, Taeminie. En todo lo que necesites estaremos para ti ㅡle acarició la espalda, buscando reconfortarlo.


ㅡ Ya, ya ㅡse despegó un poco de él para secarle las lágrimas que soltóㅡ no quieres tener clases de baile con esa apariencia, ¿verdad?


ㅡ Muchas gracias... ㅡ soltó mientras se dejaba hacer por él, en un susurro que solamente ellos dos podían oír.


ㅡ Ah, no agradezcas todavía. Hazlo cuando todo esté hecho ㅡle acarició los brazos y miró a Jinkiㅡ quién sabe y terminamos debutando los tres en un mismo grupo, ¿no es así?


ㅡ Eso sería fantástico ㅡ contestó Jinki, con esa sonrisa radiante que podía iluminar hasta el lugar más opaco.


Esto hizo reír al menor, pensando que hablaban de una situación imposible. Sus dos mayores eran muy buenos vocalmente y lo hacían demasiado bien en el baile, probablemente, tardaría más en debutar en comparación a ellosㅡ sería muy feliz...

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