adán.
Los ojos castaños del joven veían el cielo perdiéndose en las nubes y en el color rosa del mismo, el sol se ocultaba y la brisa comenzaba a perder su calidez.
El seminario antes del nuevo curso para el sacerdocio había terminado. Se sentía agotado de ver a tanta gente y escuchar los mismos chistes que los frailes contaban.
Las campanas sonaron de fondo y Mingi sólo pudo atinar a suspirar. Era la última misa del día y él tenía que asistir por muy cansado que estuviera.
Se levantó del suelo y sacudió el poco pasto que se pudo pegar a su ropa y camino a la capilla.
°
La pequeña luz en su mesa de noche era suficiente para iluminar las páginas de su bestiario que leía con tanto fervor.
Ese seminario había tratado de las creaturas y demonios que habitaban el infierno y su mundo terrenal.
Mingi no tenía miedo de toparse que alguno de ellos, más bien tenía curiosidad de la naturaleza de los mismos.
Paso sus dedos por la página acariciando la imagen de lo que parecía un duende sobre una mujer. Íncubo.
Paseo sus ojos en la suelueta y en la información sobre el demonio.
Los últimos registros de esas criaturas fueron hace cientos de años, no es como si uno se fuera a aparecer frente a él, mordió su labio y cerró el libro, lo coloco sobre su mesa de noche y se acomodo en su cama y sábanas para poder dormir.
Se sacó sus lentes y los dejó a un lado de su luz de noche.
Cerro sus ojos y se dispuso a dormir, dejando de pensar en sus clases y en la información que acababa de aprender.
°
Unas manos recorrieron sus brazos y sus manos, subieron por sus hombros y una subió a su mejilla y la otra bajó a su torso.
Una brisa cálido golpeaba su cuello y sentía un ligero peso encima de él.
Mingi abrió sus ojos y entre el cansancio y la razón pudo distinguir unos cabellos obscuros; intento moverse pero la mano en su torso hizo una ligera presion y lo dejó en su lugar.
-¿Q-Qu-la voz de Mingi no salía de su garganta y comenzaba a sentir miedo cuando la mano en su mejilla pasó a aprisionar una de sus muñecas.
-Song MinGi-dijo, el que ahora sabía era un chico, con la voz gruesa que hizo estremecer al castaño-, esto no suele pasar pero..-el pelinegro alzó la cabeza y sus ojos almendrados de perdieron en los castaños del menor-, mucho gusto, Jeo Yun, tu nuevo íncubo.
ESTÁS LEYENDO
adán. [Yungi]
Fanfiction"el pecado no es lo verdaderamente malo, lo malo es el pecador porque es el que decide dejar el camino de nuestro Señor"