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El pelinegro daba vueltas en su alcoba frustrado.

-Si vuelves a dar otra vuelta voy a vomitar del mareo-reprocho una bonita voz a espaldas de Seonghwa.

-No estoy para tus bromas de mal gusto-reprocho el pelinegro dirigiendo una mirada de rabia al bonito rubio sentado sobre la cómoda de su habitación-. Prometiste cuidar a Mingi de que ninguno de tus demonios se le acercara-recrimino acercándose al rubio quedando a centímetros de su cara.

-No controlo a Yun, él es mi hermano menor y es el heredero directo del Luci, no puedo hacer mucho, su dominio es igual de fuerte que el mío-contesto sin desviar la mirada, un simple mortal no lo iba a intimidar.

-No me interesa-dijo el pelinegro tomándolo del cuello-. Prometiste mantenerlo a salvo a cambio de mi alma-dijo con rabia apretando sus dedos en el cuello del rubio.

El de menor estatura hizo una mueca de dolor, no por la acción del pelinegro, por los anillos de oro quemando su piel.

-Suéltame-ordeno colocando su pequeña mano en la muñeca del mayor.

El pelinegro lo pensó y tras unos segundos lo libero.

-Aleja a ese demonio de mi hermano o los regresaré a ambos al mismo infierno-le advirtió para salir de la habitación.

Cuando la puerta cerró el rubio llevó sus manos a las heridas de cuello.

-Yunho hijo de puta-gruño.

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-Hola, bonito-fue lo primero que escucho Mingi al entrar a su alcoba-¿Te fue bien hoy?-pregunto el castaño con una bonita sonrisa cerrando el libro que tenia en sus manos y sentándose recto en la cama.

El pelirrojo lo veía incrédulo-Quiero que te vayas-soltó. La sonrisa del castaño se borro y lo vio dudoso-. Quiero que te vayas, lo que hice no es correcto, es un pecado y yo tengo una promesa y un compromiso con Dios.

El castaño rodó los ojos-Sabes que Dios no es tan bueno ¿verdad?-dijo el castaño volviendo a abrir el libro y a tierarse despreocupado en la cama-¿Cómo puedes querer tanto a alguien que comete tantas atrocidades?-dijo sin despegar los ojos de su lectura.

El color subió a las mejillas de Mingi por la rabia, camino al mayor y le arrebato el libro-Nunca vuelvas a decir nada en contra de Dios, eres un simple demonio que no entiende su posición, deberías ser erradicado, tú y todos los demonios, solo contaminan la creación del Señor.

Los ojos dorados del castaño lo miraron indiferentes-¿Erradicados? Cariño, la similitud entre humanos y demonios es casi idéntica, la diferencia es que nosotros no veneramos a un puto genocida-dijo volviendo a tomar el libro de las manos del pelirrojo.

Mingi no sabia que decir, estaba enojado y solo quería que el demonio se fuera, pero después sus ojos vieron que era lo que el castaño leía

"La BIBLIA"

El menor lo vio dudoso sin entender

-Tu iglesia a contado la historia que más les conviene y nos pintan a los demonios como la peor escoria existente y ponen a tu Dios como un salvador absolutisa-suspiro-, mi padre fue desterrado por enamorarse y ustedes lo ven como un desalmado que quiso matar a Dios solo porque sí.

El castaño cerró la biblia y dirigió sus ojos al menor-Aunque lo deses con toda tu alma y aunque le reces toda la eternidad a Dios, yo seré tu incubo hasta el fin de tus días-le dijo para levantarse y salir por la ventana dejando un rastro de polvo negro.

adán. [Yungi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora