Presente
La luz del sol atravesaba el velo de las cortinas, haciendo que Renjun despierte y tenga una sensación de que algo está mal. Se niega a abrir los ojos y tan solo se acomoda un poco en la cama.
Su brazo roza con la piel de alguien y el pánico vuelve a dominarlo. "Por favor que sea Hyunjin, por favor que sea Hyunjin".
—Buenos días cariño— dice Jaemin, la decepción se siente como si le faltará el aire.
— Buenos días — Responde Renjun.
Aprieta los ojos. "Es un sueño. Es un sueño"—¿Cómo te sientes?— pregunta el de cabellos rosas y el mayor siente como su cuerpo es atraído por el brazo del otro hacia su cuerpo. Se siente mal, como si de alguna forma estuviera engañando a Hyunjin, incluso si esté le haya cortado la llamada de la noche anterior y lo haya tratado como a un simple desconocido.
— Todavía un poco fuera de lugar— miente Renjun y abre los ojos. La luz brillante que ilumina la habitación ciegan al rubio y pone un brazo sobre su rostro.
— Quédate aquí. Voy a preparar algo para tu estómago.— dice Min y Renjun siente como el peso abandona el colchón. Al momento de abrir de nuevo los ojos y que estos se acostumbren a la luminosidad del lugar, el rubio observa que el de cabellos lacios ya tiene puesta una bata y camina fuera de la habitación.
Renjun solo se queda quieto y decide incorporarse un poco. Descarta la idea del secuestro porque, ¿Qué secuestrador te abraza y prepara algo para el estómago? Ninguno, a menos que se trate de un acosador, pero también descarta aquella idea, ninguno te dejaría un celular a la mano.
Echa un vistazo más detallado a su alrededor y puede notar con más detalle el lugar. Las paredes son lisas y de un blanco suave, el piso es de madera y en tonos claros, además de que las cortinas son de un ligero amarillo y no blancas como había pensado. A juzgar por la forma del ventanal, Renjun deduce que esté no era lo que pensaba y en realidad se trataba de un balcón.
Un sentimiento de calidez invade su cuerpo y una pequeña sonrisa aparece en su rostro. A Renjun le gustan los balcones, y mucho. Cree que estos brindan una sensación de libertad y una conexión con el exterior cuando las habitaciones se vuelven sofocantes.
— Injunnie, ¿de que quieres tu té?— grita Jaemin, sacando al menor de sus pensamientos.
Puaj ¿Té? ¿De verdad? A Renjun no le gusta el té.
—¿Tenemos café?— pregunta Renjun, pero no recibe respuesta. Deduce que el chico de sonrisa de comercial está preparando la bebida.
— ¿Desde cuando tomas café? — dice Jaemin entrando al dormitorio. En sus manos trae una taza con dibujitos de zorritos bebés y un cordel con una etiqueta que sobresale del recipiente humeante. Un ligero olor a manzanilla se cuela por las fosas nasales del chino.
"¿Ahora bebo té de hierbas?"
Ahora. "¿Cómo si ahora fuera mi nueva vida? ¿Por qué no me acuerdo de nada?" Pensó Renjun.
— ¿Junnie? — pregunta Jaemin, extendiendo la taza hacia el rubio. — Bebelo. —
El mayor toma la taza entre sus manos y le da un sorbo al líquido amarillento. "No está tan mal".
— Gracias, solo que por alguna razón quise beber un poco de café, ya sabes... No dormí bien anoche. — finge una sonrisa.
Jaemin le mira con escepticismo y coloca sus manos en las caderas.