4

371 40 2
                                    

Retomando información por si no se acordaban de estos dos, por fin algo de ellos.

______

–Yo también lo lamento Marcos...esto me está consumiendo y por más que lo esté intentando no puedo arrancarme todo lo que siento por ti, estoy harto de todo esto...de extrañarte, de quererte lejos, de odiarte...de amarte. ¡Así que por qué no haces las cosas más fáciles para ambos y regresas! –David sintió el alivio que tanto había buscado, la sensación fue tan liberadora que una sonrisa se escapó de sus labios.

–¿Estás hablando enserio? –La voz entrecortada por el llanto y mal entonada por el evidente estado de ebriedad, le hicieron sentir ternura. –Soy un idiota, un idiota arrepentido y que te ama como no pensó amar a nadie nunca...

–No digas más... –susurró el castaño. –Solo regresa... –David cortó la llamada, con el corazón y las sienes palpitándole dolorosamente.

En su interior se debatía entre si lo que acababa de hacer estaba bien o estaba mal, pero realmente no importaba. Estaba tan casado de sentirse tan solo aun estando con tanta gente, que terminaba siendo asfixiante.

Miró su celular con ternura, sintiendo como las lágrimas corrían lentamente por sus ojos, dejando salir poco a poco todo aquello que nublaba la mente.

Era cierto, Marcos se había comportado de una manera estúpida y arrogante, tratándolo de una forma tan brusca, que cualquier persona en su sano juicio lo tacharía de loco por querer intentar las cosas de nuevo, pero le echaba de menos.

Los días a lado de Marcos habían pasado tan rápido, era lindo, amable, se había empeñado a hacerle sentir cosas que jamás había imaginado que sentiría, lo subió al cielo, para luego dejarlo caer de golpe en el infierno.

De alguna manera lo necesitaba y David estaba completamente, o en parte, seguro de que esta vez las cosas funcionarían. Un granito de esperanza estaba comenzado a germinar en su interior y de alguna forma u otra sabía que ambos harían funcionar las cosas, porque, para bien o para mal, David estaba irremediablemente enamorado de Marcos.

Al día siguiente Marcos despertó confundido y verdaderamente feliz, deseó con todas sus fuerzas y rezó pidiendo a cualquier Dios que le estuviera escuchando en ese momento, que aquello fuera real, la voz atenuada de su pequeño resonaba en su cabeza, repitiendo las mismas palabras una y otra vez, dejándole una sensación placentera en todo el cuerpo.

David le estaba perdonando, aunque si bien él sabía que su perdón completo tardaría en llegar, estaba más que convencido, de que algún día podría reparar el daño que le había causado a su más preciado ser humano.

Lo primero que hizo después de darse un baño, fue comprar un boleto de avión, aunque se había topado con que las aerolíneas estaban saturadas y el vuelo más próximo era dentro de una semana, sin embargo, aquello no le había quitado la felicidad.

Ese día, por primera vez desde que había llegado a aquella villa, Marcos se mostraba como un hombre alegre, dejando detrás al lúgubre hombre que sólo salía de su habitación para comprar alcohol y perderse hasta deshoras de la noche entre bebidas embriagantes.

Abrió las cortinas, descubriendo colores que días atrás parecían tan nítidos y borrosos, se sintió feliz.

Tomó su celular entre sus manos, dudando en llamar a aquel muchachito que le estaba volando la cabeza, a conciencia comenzó la marcación al número que se sabía de memoria, esperando pacientemente a que David tomara la decisión que acabaría con su agonía.

–Dime que es verdad...–susurró en cuanto supo que David había tomado la llamada. –Dime que de verdad me estás perdonando, aunque sea un poco...–la melodiosa risa del castaño terminó por alegrarle el alma.

F A L L I N GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora