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Cuando David recibió la llamada de Sofía, seguía abrazado al cuerpo de un cansado Marcos que se había quedado dormido. Se levantó con cuidado de la cama, haciendo los pesados brazos del mayor a un lado. Simplemente contestó la llamada, no hubo necesidad de decir palabra alguna.

–Está pasando. –simplemente dijo y él claramente sintió que el mundo cimbraba bajo sus pies.

En automático su respiración se cortó y las manos comenzaron a temblarle, había pensado tantas veces en esa situación y se había creado un guion de lo que debía hacer y decir, pero en ese momento, con la realidad pegándole de golpe, no sabía qué hacer.

Quizás fue uno de sus intentos de respiración o quizás los sollozos que comenzaban a salir, pero algo hizo despertar al rubio, entrando en pánico casi en automático por ver a David en ese estado, la piel se le erizó y el corazón comenzó a latirle con violencia. Se levantó con suma velocidad, tomando el cuerpo de David entre sus brazos, tratando de traerlo a la realidad y alejándolo del pánico.

–Todo está bien... –susurró. –Todo está bien pequeño...

Los sollozos se hicieron cada vez más fuertes y Marcos lo abrazó con más fuerza, sintiendo que David se aferraba a sus brazos de forma débil.

–Tranquilo... –seguía diciendo entre susurros el rubio. –Sólo trata de respirar...

–Su madre...su madre se va a morir. –susurró David, logrando helarle más la piel a Marcos. –Está pasado...fue tan rápido...no es justo...

–¿La madre de quién? ¿De qué estás hablando?

–La mamá de Isaac.

Llegaron al hospital después de que Marcos se asegurara de que David estaba mejor, lo dejó en la sala de espera y él había ido a toda velocidad a buscar a su hermano, pues cual fuera la situación por la que estuviera pasado, le parecía que lo mejor era que acompañara a Isaac en esos momentos.

El castaño visualizó a su hermana a lo lejos, siendo abrazada por el pelirrojo que últimamente había sido su única compañía.

–¡Sofía! –gritó, para después salir corriendo hacía ellos. –Esto pasó muy rápido... –susurró abrazándola.

–Lo sé...pero no podíamos hacer nada. –sollozó.

–Gracias por estar con ella Thomas...te lo agradezco muchísimo...

–¡David! –escuchó un grito proveniente de algún pasillo del hospital, Scott corría para llegar hasta a ellos, abrazándolos a ambos en cuanto llegó. –¿Qué hacen aquí? ¿Todo está bien?

–Sí y no. –contestó David, Sofía ya no tenía ganas de hablar. –No sé muy bien qué está pasando...pero mi tía está muy enferma... –la pelirosa se zafó del agarre del moreno, dejando a su hermano apresado entre sus brazos.

–Alguien debe avisarle a Isaac, ¿No creen? –interrumpió la situación Thomas, casi cortando la tensión.

–Yo lo haré... –dijo Sofía.

Tomó su celular con las manos temblándole, intentó con todas sus fuerzas ser precisa, pero los nervios le ganaron y comenzó a decir una lluvia de palabras <<Isaac, tienes que venir al hospital, es tu mamá>> fue lo más importante.

Jovanny salió de la habitación, con la vida desecha y los ojos rojos de tanto llorar, quiso ser fuerte, comportarse, pero en ese momento estaba perdiendo completamente a la única mujer que amó con todas sus fuerzas y no podía hacer nada para evitar o retrasarlo.

–Tengo...tengo que hacer unos trámites, así que por favor quédense aquí... –murmuró, con la voz claramente afectada. –Y por favor...avísenle a mi hijo que su mamá quiere verlo

F A L L I N GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora