Capítulo III: La fiesta y sus secuelas.

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Era sábado, muchos y muchas estaban ansiosos por la fiesta de esa noche, rogaban a Merlín que el celador no los descubriera.
Las chicas estaban reunidas en la sala común de gryffindor hablando sobre que harían para escabullirse.
Habían acordado reunirse en esa misma sala y como Hermione era prefecta de esa casa utilizaría de excusa su patrullaje para tantear el terreno.

- Perfecto, esta decidido-. Afirmó Aixa.- Hoy luego de la cena, aquí. ¿Confirmamos?.

- Confirmamos-. Dijeron al unísono.

• • •

Todo había salido de acuerdo al plan, ese instante estaban a punto de llegar a la sala de menesteres cuando Hermione se cruzo con Peeves.

- Oh-. Se oyo la macabra risita.- ¿A dónde te diriges niñita?.

- Para tu información, soy prefecta-. Señalo su insignia.- Y no me corresponde a mi advertirte porque eres un ser molesto, pero el Barón Sanguinario se esta acercando muy furioso.

- ¿Q-Qué?-. Peeves se puso nervioso como siempre que se nombraba al Barón.- Mejor me voy, no quisiera molestar a su alteza, mi señor...-. No termino de decir aquello que ya estaba lejos de allí.

Las chicas felicitaron en susurros a Hermione y se adentraron en la sala.
Parecía un mundo paralelo, los del último año habían colocado luces de colores en el techo con un encantamiento especial, había música a todo volúmen saliendo de la rockola y ya había algunos estudiantes levemente ebrios, sin duda era perfecto.

- Se ve genial-. Le dijo Alba a Aixa con un tono encantado.

- Sí, la fiesta superó mis expectativas-. Afirmó la contraria.

- No hablo de la fiesta-. Señalo disimuladamente al que parecía ser Fred bailando en la pista.

- Increíble como lo reconoces hasta en esta situación-. Dijo sorprendida.- Admirable.

- Calla-. La golpeó en el brazo.- Quisiera bailar con él.

- Entonces ve e invitalo, no se que esperas-. Se encogió de hombros la slytherin mientras le echaba un ojo a la mesa llena de bebidas.

- Tienes razón, solo hay una vida ¿así dicen?-. Sonrió nerviosa y comenzó a avanzar.

Se encamino hasta donde se encontraba el pelirrojo bailando y bebiendo, pero justo cuando estaba a punto de llegar, Angelina Johnson se cruzó chocando con ella.

- Lo lamento, ¿estas bien?-. Le preguntó afligida la joven de piel morena.

- Sí, lo lamento, yo tampoco te he visto-. Respondió avergonzada.

- No te preocupes-. Le sonrió.- Nos vemos luego, ehm... Alba ¿no?.

- Eh, sí, Alba, sí-. Respondió tocando su nuca algo incómoda.

La gryffindor le volvió a dedicar una calida sonrisa para luego seguir avanzando y fue en ese instante en el que todo pareció perder o tal vez obtener sentido.
Angelina abrazo por detrás a Fred y cuando este se giró la tomó del mentón para besarla, un beso apasionado y tierno, un beso que a ella le hubiese gustado recibir.

Se quedo estática en medio del lugar, no sabía que hacer. Sintió unas manos en sus hombros, era Aixa sacándola de allí.

- Tranquila, cariño-. Le dijo con pena en la voz.

La chica dirigía a su amiga hasta una banca a un costado de las personas.

- Bueno... Creo que no es tan sorpresivo-. Dijo mirando al suelo.

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