Red and Green

XXXIII Retirada

El resto de tiempo que surgió luego de que Eric y Kyle, continuaran viviendo juntos a pesar de haber formalmente terminado se debatieron entre silencios...risas y momentos incómodos dónde su relación cariñosa aún se delataba, finalmente decidieron confrontarse, era difícil besar a alguien que solo era un '' ex'' viviendo bajo el mismo techo. Kyle jugaba con el lápiz de las cuentas, en el fondo, aquello de' 'terminar' solo había sido una vil crisis de su relación, miró a Cartman mientras escribía una respuesta al banco, agradeciendo  y aceptando la solicitud de empleo, algo que se imaginaba lo ocuparía cuándo Kyle estuviera tan lejos como para sentir el mismo vacío que sentía de niño por la ausencia de su padre - ¿no piensas decirme algo? - rompió el silencio el judío.
C: ¿Te parece que tengo algo que decir? - alego un tanto frío, más por la concentración que por querer sonar así realmente.
K- Bueno, aún vivimos juntos... Y aún...
C: no tengo opción, no confundas las cosas
K- No las confundo Cartman, pero...
C- Antes que digas nada Kyle, no tenemos nada ahora, nuestra relación no es más que una franja bipolar... Tú lo sabes
K- Es bipolar por qué actúas cómo si no fueramos nada, cómo si no... Cómo si no durmieramos juntos cada noche ¿Sabes lo que oigo en las noches Cartman? ¿Sabes lo que oigo?!
C-... No, no lo sé y estoy seguro qué sea lo que sea no...
K- Qué me amas Eric... Qué me amas... Cada noche, cuándo no estás siendo esto, escucho como me lo dices, ¿Creés que me duermo tan pronto?.. Antes de ayer en la ducha... Me abrazaste... Dios, hombre, no puedes solo hacer eso y luego fingir que estás enojado...-

El ambiente se tensó, era verdad, aunque Eric le había preguntado si volvería por él, Kyle nunca respondió y su llanto en la ducha solo fue la reacción de su niño interior. Caprichoso por no poder detener a lo que según, seguía siendo suyo, dejo caer su mano sobre su cabeza, miró con detalle el rostro de Kyle recorriendo sus ojos judíos... Con esa larga y picuda nariz aguileña... Solia ser lo que más le gustaba de él, como si sus rizos naranjas lo hicieran ver cómo un inalcazable tora para sus manos en una gran librería que se llamaba elecciones, imagino cada parte de las posibles cosas que diría, pero su silencio, solo frustraba más a su roomer, que difícil era ser adulto y que serias en realidad eran las cosas...
K -... Entiendo, otra vez, no dirás nada.
C- no tengo nada que decir... Insisto
K -.. Bien.. Tengo que ir a entrenar hoy... Te necesito ahí para que cuides mis cosas, no me hundas más... Así que no te niegues - reclamo en tono despectivo tirando el lápiz sobre la mesa con el despotismo en el acto y la mirada.