Capitulo VII

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3 meses después..

Ricardo se encontraba en su palacio, aburrido de estar toda la mañana firmando papeles y acuerdos para su reino, en ese momento escuchó que en la otra habitación, algo se había caído así que decidió ir a ver, cuando se encontraba afuera de la habitación escucho a alguien hablando, algo en él hizo que dijera

- ¿Cassandra? - mientras abría la puerta. Tenía meses sin verla, después de esa incómoda situación, aun así, era un recuerdo tatuado en su memoria

- ¿Quién es Cassandra? - dijo la mujer que se encontraba dentro de la habitación.

Ricardo volteo los ojos al escuchar esa voz tan chillona que le perforaba la cabeza, esa voz que le produce enojo de solo oírla, la miro y contesto

- Nadie que te importe Victoria, ¿Qué haces aquí? - dijo entrando a la habitación y cerrando la puerta detrás de él.

- ¿Por qué me hablas así Ricardito? Sabes que te adoro y realmente te he echado de menos - lo dijo en forma de berrinche, acercándose a él contándole las caderas de manera seductora.

- No te me acerques así, sabes que no me gusta tenerte cerca - contestó mientras la alejaba y ponía una cara de disgusto

- ¡Ay! Veo que alguien amaneció de malas, hasta donde yo recuerdo, pasamos noches muy divertidas o al menos eso decías cada vez que querías verme, claro, pero ahora que has pasado tanto tiempo en este mundo, creo que te haz vuelto algo rígido y aburrido, pero no te preocupes ya vine para alegrarte un poco. - contestaba acercándose, colocando sus brazos alrededor de su cuello intentando hablarle lo más cerca de los labios posible, aunque Ricardo hacia todo lo posible para no quedar de frente a ella.

- Mira eso es siglo pasado, no me interesa nada que tu puedas ofrecerme o al menos nada que me interese o no haya probado antes.

- ¡Vamos!

- ¡Vamos! nada, ya te dije no me interesa y si no quieres ver que tu idea sobre mi cambio es absurda te recomiendo que regreses al hoyo de donde saliste. - decía de manera tan fría y con autoridad.

- Tienes razón creo que debería alejarme, pero... - no termino la oración cuando se abalanzó hacia él para besarlo y con esto su poder surgió efecto.

Los ojos cafés de Ricardo se tornaron rojos y su mirada de disgusto se convirtió en una mirada llena de lujuria y pasión, comenzó a besarla de una manera tan intensa que se separaron por falta de aire, la tomó de la cintura y la subió a una mesa que se encontraba en la habitación, se escuchaban sonidos de placer, gritos, maldiciones y respiraciones agitadas, hasta que el efecto había pasado y Ricardo reaccionó, se levantó del suelo y se colocó su ropa.

- ¡Victoria ¿Qué demonios te pasa?! No puedes ocupar tus poderes en este mundo y mucho menos conmigo, ¿Quién te crees?

- Ya no hagas tanto berrinche, fue divertido y me hizo recordar los viejos tiempos y respondiendo a tu pregunta, soy tu amante, no se te olvide, me lo has dejado muy en claro y me encanta - decía mientras se levantaba y se abrochaba su vestido.

- ¡Cállate! Esto es un error y estuvo mal

- ¿Cuándo te ha importado eso?

- ¡Ahora! No soy el mismo que conocías he cambiado y madurado, deberías hacer lo mismo.

Discutían mientras se pasaban la ropa de cada uno, en ese momento se escuchó que alguien tocaba

- ¿Quien? - Grito Ricardo terminando de arreglarse.

- Ricardo soy yo Arturo, ¿Ya terminaste de jugar a los conejitos con Victoria? - decía en tono burlón.

Abrió la puerta y preguntó.

- ¿Qué haces aquí? - lo miro de arriba para abajo con mucho enojo ante su presencia y su comentario.

- Cálmate, solo quería avisarte que Victoria salió a buscarte, pero creo que llegue muy tarde, al parecer lo disfrutaste.

- ¿Si sabes que tenemos hiper velocidad? - preguntó Ricardo en un tono sarcástico.

- Cierto, se me olvido, ¿Qué se le va a hacer? - le contestó con cara de puchero.

Pasaron a la otra sala y comenzaron a hablar de lo que estaba ocurriendo en el mundo de los Vampiros.

Eterno (vivir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora