El inicio de todo

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Hola Me llamo Jonathan Contreras, me describo como una persona normal, de estatus promedio, no soy ni rico ni pobre tampoco bonito o feo, no me creo mejor o peor a los demas, con eso claro empezamos.

Era un dia como los demas, yo estaba aburrido y triste sin nadie con quién expresarme o comunicarme. El primer dia de clases se presentaron dos compañeras nuevas una que se llamaba Fernanda y la otra Angela, yo decidi presentarme como es debido.

Con Angela entable una buena conversacion pero no se porque me fui alejando y llege hasta un punto que ni siquiera la saludaba. Con Fernanda fue diferente con ella si logré hablar en repetidas ocasiones.

Un dia como cualquier otro le hable y espere y no me respondio cuando la vi queria preguntarle, pero no tenia derecho porque no era nada de ella, solo éramos conocidos nada mas, asi que asumí que ya no me quería hablar mas y me aleje, Fernanda me desperto un sentimiento que yo pensaba que ya estaba muerto, asi que eso me puso muy triste, tanto que llegue a tal punto que ya no queria relacionarme con los demas, ya no hablaba con mi familia ni con mis amigos, no salia me mantenía sólo, pensando en como seria el mundo sin mi en resumen estaba entrando en depresión pasaron dias, semanas y yo no cambiaba.

Luego de desperdiciar dos meses en esa soledad decidí escaparme al otro día, para poder desaparecer, ya era tarde y estaba cansado así que decidí irme a dormir.

Al día siguiente me desperté por una serie de mensajes yo revise medio dormido y no me di cuenta del nombre del contacto, solo le pregunté:

-que pasa?

-Llegaré dentro de una hora, adiós

Yo no entendí nada hasta que vi que era Fernanda, pero decidí esperar y no preguntar nada, hasta que llegara a mi casa.

Cuando llegó note que su rostro irradiaba enojó hacia mi, ella me dijo:

-Te he escrito más de 20 mensajes al día nunca me respondiste, ¿porque? Si siempre te miraba en el colegio, me acercaba a hablarte y no me respondías, solo me veías y luego te dabas la vuelta, solo me ignorabas.

Yo no sabía que decir, estaba confundido ella solo se me quedó viendo, me di cuenta que su cara de enojó cambio a una de tristeza, yo le dije:

-Perdón, realmente lo siento.

No le dije nada más por temor que sintiera más odio hacia mi.

No sabíamos que hacer, ella solo me dijo que teníamos que ir a casa de María lo antes posible, esa misma tarde me fui con ella rumbo a la casa de María mi unica amiga de la infancia.

Viaje Entre Mis RealidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora