Capítulo 5

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-5-

—¿Qué...? ¿Qué dices? Eso no puede ser...

—Lo es.

—Pero en el internado... había una televisión... las noticias...

—En el internado hasta te ocultaban la edad que tienes. ¿En serio crees que dejarían que veas esas noticias? ¿Y actualizadas?

Jamás lo había pensado de esa manera. Y era cierto. Las castigaban por cualquier pregunta al respecto del exterior, o del internado... ¿Por qué iban a dejar una televisión donde se transmitía que afuera había explosiones hace más de una década, si ellas ni siquiera podían salir?

Aunque ¿Por qué transmitir noticias que decían que las explosiones eran desde hace un año?

—¿En qué año comenzaron las explosiones? —habló Connor por primera vez desde que se formó el momento tenso.

—Nadie recuerda el año exactamente, pero se dice que alrededor del año 2045.

—¿Y en qué año estamos?

—2061.

¿Por qué las explosiones? ¿Por qué seguían después de más de diez años? ¿Por qué los internados? No podía parar de hacerse preguntas mentalmente.

—¿Por qué? —preguntó Dasha.

—¿Por qué qué?

—Las explosiones y los internados.

—No lo sé. Nadie lo sabe. Sólo sé que en los internados sólo hay adolescentes. No hay adultos ni niños. Y que cada determinado tiempo, uno o más internados caen mediante las explosiones.

El silencio los abundó una vez más. La mente de Ada no paraba de maquinar. Miles de preguntas, pensamientos y recuerdos vinieron a su mente. Pero todos se mezclaban entre sí que ni ella podía entenderlos. Imaginaba que Dasha y Connor estaban en la misma situación, puesto que ambos tenían la vista en diferentes puntos fijos.

Adler y Alex les estaban ganando. Habían desconfiado de ellos en todo este tiempo, y al final los mentirosos eran otros. Ella era una mentirosa, y Connor y Dasha también. Y se sentía repugnante. Se sentía mal.

—Mi nombre es Adanna —dijo, en medio del silencio—. Es un lindo nombre, pero desde que tengo memoria detestaba como las madres de mi internado lo pronunciaban. Detestaba todo de ese lugar —su voz se sentía ahogada. Necesitaba decirlo, necesitaba ser sincera después de haber mentido—. Cuando cayeron las explosiones, yo estaba limpiando el comedor, cumpliendo un castigo, en la madrugada. La madre de turno no estaba prestando atención, así que me acosté debajo del gran ventanal que había en el techo del comedor. Era asombroso y adoraba ver el cielo a través de él. En algún punto, me quedé dormida. Desperté cuando un helicóptero se estaba posicionando para lanzar algo. Alcancé a levantarme y alejarme un poco antes de que lancen la primera bomba. Luego fueron dos más. El internado quedó destruido.

—Menuda mierda haber tenido que limpiar en vano —pronunció Adler.

Ada sonrió por el hecho de que por su mente había pasado lo mismo. Adler le devolvió la sonrisa, la segunda sincera que había visto en él.

—En el medio del caos, vi que una pared había caído y que tenía la posibilidad de huir. No lo pensé demasiado. Corrí y me encontré con una carretera. Allí encontré a Titán, que me ha acompañado desde entonces. Conocí a dos chicas muy agradables, pero resultaron ser la peor mierda. Así que cuando conocí a Connor, decidí que ya no quería ser más Adanna.

—¿Por qué Ada y no Danna o algo parecido? —preguntó el pelinegro.

—Porque aunque detestaba el internado, quería conservar la "A" en el principio. Así que... Ada.

Bajo un humo perenneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora