Han pasado tres semanas desde que nos besamos en el salón vacío, hemos hablado todos los dias a la hora del almuerzo en la cafetería. A escondidas nos vamos al campus, donde nadie ns vea, y poder estar un rato juntos.
Mi hermana a estado viendo a ese chico en la biblioteca y me contó todo lo que pasaba cuando van allí, siento curiosidad y quiero sentir eso mismo con Morgan.
—¿Hermosa, me escuchas?— Me saco de mis pensmientos indecorosos, sonreí apenada y negué.
— Lo siento es que.. — No termine de hablar porque puso una mano en mi mejilla y la acaricio suavemente dejándome sin respiración.
—Soy tu novia, puedes confiar en mí y decirme sin pena lo que te pasa — Acercó un pulgar a mis labios, relamiéndose los suyos. Ella no sabe como me gusta cuando hace eso.
—Tienes razón, sólo que quiero darte un beso— Se acercó y unimos nuestros labios, su lengua caliente se mezcló con la mía dejandome sin aliento.
—Eso no debes pedirlo, sólo damelo cuando quieras— Nos separamos y sonreimos.
—Está bien, novia— Dije y me apretó un cachete, Morgan suele ser ruda pero conmigo es muy diferente, es tierna y me trata muy bien.
—¿Quieres ir conmigo al cine después de claese?— Dijo y me tense de inmediato, mi madre no me dejaría.
— No puedo— Dije rápidamente muy nerviosa.
—Puedo ir a tu casa y decirle a tus padres...
— No, no. Debo irme— Me levante y la deje con la palabra en la boca, mi madre me castigará si se llega a enterar, por eso prefiero ocultarlo, la única que sabe es Eva, y al igual que yo nos estamos arriesgando mucho.
Camine hacia el auto de mi madre que estaba cruzada de brazos y con el ceño fruncido, sus ojos están llenos de furia, hoy no tuvo un buen día y nosotras pagaremos.
—¿Tuvieron un buen día?— Dijo con.voz amenazante una vez entramos en el auto.
—Sí señora— Contestamos al unísono con mi hermana.
—Me alegro porque ¡Hoy será el último día que vuelvan a este lugar!— Gritó furiosa, nos miramos con Eva y ella respiro profundo
—Madre pero porque...
—¡¿Porqué?!— Soltó una risa macabra dándome una mirada por el espejo, sus ojos estaban llenos de odio.
—No hemos hecho nada— Intervino Eva y volvió a reír más fuerte.
—¡La sucia de tu hermana se estaba besando con una chica! ¡Con una mujer! ¡Pecadora! — Gritó con desdén y mis lágrimas cayeron, Eva me tomó de la mano, apretandola con fuerza.
— Yo... lo siento— Baje la cabeza y golpeó el volante con fuerza haciendo que el auto frenará en seco.
—¡Lo sientes, maldita pecadora! ¡Estas sucia!— Escupió con asco, se bajo del auto y abrió la puerta, sacó a Eva con fuerza tirándola al suelo, luego me agarró del cabello y me arrastró hacía la puerta de la casa, la abrió y me llevo hasta la habitación de castigo; hace meses no entraba en ella.
—¡No, por favor! — Suplico, me tira con tanta fuerza que me golpeo con la pared en la cabeza, ella me agarra de nuevo y me quita toda la ropa, mi cuerpo quemó cuando me dio el primer azote, mi espalda ardía mientras me ahogaba en llanto.
—Espero y hayas aprendido la leccion, ¡No volverán a salir de este lugar! — Salió dando un portazo, a los pocos minutos trajó a Eva y nos encerró a las dos.
—Te voy a curar— Dijo ella dándome un beso en la frente y ayudándome a levantar del suelo, mis heridas dolían, pero mi corazón estaba destrozado.
—Por mi culpa estas aquí— Susurre y negó con la cabeza.
— Elisa yo te amo, eres mi hermana y siempre estaré para ti— Me lavo con mucho cuidado las heridas.
—Morgan es mi novia y yo la amo— Rompí en llanto, me abrazó con mucho cuidado.
—Te prometo que la volverás a ver— susurró, seguí llorando en sus brazos, hasta quedar dormida.
Dormí todo lo que resto de noche con mi cabeza apoyada en las piernas de Eva, desperté por el dolor de mi espalda y piernas, me levanté y camine hacia una pequeña ventana con rejas, me quedé mirando las estrellas y Morgan se atravesó en mi mente. Madre nunca nos permitirá ser felices, estaremos encerradas de por vida como la tía Raquel.
—Niñas.. — Escuche detrás de la puerta la voz de mi tía.
—Tía, ve a tu cuarto o a ti también te meterán acá con nosotras y no soportaría eso— Susurré en la puerta, escuché un sollozo de su parte.
—Mis niñas, les prometo que las voy sacar este lugar... sólo unos días más— Escuché que dijo y después silencio, es imposible escapar de madre; ella es mucho más fuerte que nosotras y nos tiene bajo su poder.
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Pecados Mortales[✓]
Short StoryEva y Elisa son hermanas gemelas se tienen la una a la otra y se apoyan todo. Su madre, una mujer de 45 años muy conservadora; las educa y las mantiene exiliadas de la sociedad, puesto que, para ella todo es un pecado y va en contra de la voluntad d...