No sé que estoy haciendo, pero me encuentro caminando hacia el campus, para ver el equipo de fútbol americano femenino entrenar. Me llamo bastante la atención esa chica que me defendió hace dos semanas, me gustaría ser más fuerte y poder hacerlo por mí misma, pero eso va encontra de las reglas de mi madre y lo que menos quiero es romperlas. Camino por los pasillos y a diferencia del primer día que entramos, hoy nos vieron de otra manera, no sé como, pero se sintió bien.
Llego a las bancas y me siento en la parte de atrás, la veo; esta corriendo de lado a lado con un pequeño balón entre sus brazos, corre bastante rápido y las otras se abalanzan cayendo sobre ella, se levantó y tiró el balón hacia adelante, todos gritaron eufóricos, las otras chicas la levantaron en sus brazos.
La chica es muy linda, de ojos cafés casi negros, morena, alta y su cuerpo es bastante grande. Sucabello es negro y lo tiene recogido en una coleta alta, me levanto de la silla porque se dio cuenta que la estoy mirando y con la mano hizo una seña.
Tengo prohibido hablar con otras personas, lo que menos quiero es que mi madre se enoje, voy caminando con la mirada en el suelo,no podemos tener ningún contacto visual con nadie, ¿Cómo será tener más amigos? acá los grupos son muy grandes, hablan y se ríen entre ellos, yo sólo tengo a mi hermana.—Hey — siento un cálida mano en mi hombro que me hace dar un respingo, levanto la mirada y es la chica, otra vez me estoy sintiendo muy nerviosa con ella, su ojos son cafés oscuros, ahora que los veo más de cerca y su piel es morena, pero no tanto, es como un leve bronceado.
Me quedo en silencio, no puedo hablar con ella, aunque me intriga y no entiendo la razón.
—Oye, tranquila. No te haré nada, sólo quería decirte que nadie te va a molestar, ni a ti, ni a tu gemela, yo las cuidaré—Dice y mi corazón late con fuerza al escuchar la palabra «cuidar» nunca nadie me había dicho que cuidará de mí o de Eva.
— Lo siento, no quiero sonar grosera, por favor no vuelvas a hablarme.—Digo muy nerviosa, la chica intimida bastante.
—¿Y porque no debería hablarte?... eres tan hermosa—Dijo acercándose a mí, cogí fuerte mis libros y di un paso atrás, mis piernas temblaron, pero no era de miedo.
Está sensación es tan extraña.
—Por favor, no te acerques—Dije en un hilo de voz.
—Eres una chica muy dulce, soy Morgan— Dijo y yo asenti con la cabeza, ya era hora de irme, no podía seguir hablando con ella y, si mi madre se enteraba, me iba a castigar.
—Debo irme, Adios—Dije amable y ella sonrió, no pude evitar ver sus ojos expresivos, tiene una mirada dura como la de mi madre.
—Adiós — Susurró y mi corazón volvió latir, puse mi mano en el pecho para darme cuenta que, estaba temblando y no entiendo el porque.
—¿Cómo estuvo tu día?— inquirió Eva apenas nos encontramos en la puerta, se veía muy nerviosa y miraba para todos lados, eso no es normal en ella.
—Estuvo genial, una chica me habló —Dije y volteó a verme con los ojos abiertos.
—¿Qué te dijo?— Preguntó emocionada, le conté todo lo que Morgan me había dicho, ella quedó feliz. Nos acercamos al auto y nos callamos de inmediato, si mi madre se llega a enterar; me va ir muy mal. Muy en el fondo me siento contenta de que una chica tan linda como Morgan me haya hablado, y lo mejor fue que le parezco hermosa, solo mi hermana y mi tía me habían dicho esas palabras.
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Pecados Mortales[✓]
القصة القصيرةEva y Elisa son hermanas gemelas se tienen la una a la otra y se apoyan todo. Su madre, una mujer de 45 años muy conservadora; las educa y las mantiene exiliadas de la sociedad, puesto que, para ella todo es un pecado y va en contra de la voluntad d...