Intercambio

💕10💕

Zeus encargó a los dos culpables a Athena mientras él se llevaba a rastras a Hermes sabiendo que este no iría por cuenta propia a su habitación, también este mensajero de los dioses trataba de agarrarse a cualquier pilar con todas sus fuerzas, pero no era rival para Zeus que lo sujetaba de la cintura hacia la habitación.

-Ya te has metido en mi cama, ¿A qué le temes?.-Habló sin ningún rastro de enojo o incomodidad Zeus.

-Pe..pero perdóname la vida por esta vez, somos hombres y yo..yo aún no..

-Shsss...no hagas tanto escándalo, quién dijo que te tocaría cuando no quieres? Solo quiero compañía bajo las sábanas. Solo has gritado por algo tan diminuto. Extremista.

-Y..y el castigo?

-Estoy agotado, será para otra ocasión.

Hermes exhaló un largo suspiro, qué alegría que Zeus no le vaya a hacer el sin respeto!

-Al principio sí lo dije enserio, pero... ¿qué importa ahora?

Zeus se rió mientras sacudía su cabeza por el pobrecillo Hermes.
Este ultimo esperaba que estando dentro de la habitación, Zeus no cambiara de opinión, o sino, preferiría ahorcarse con el olivo de su cabeza!

Athena se paró frente a los culpables y sonrió.
Eso hizo que ambos temblaran.

-No son menores que yo y sin embargo juegan de esta forma..
¡¿Por qué no me invitaron a la fiesta, ah!? Creen que pueden divertirse sin mi?! Ahora quiero que ustedes se hagan lo mismo.

Ambos ya se conocían así que su rostro se relajó considerablemente. Athena entrecerró los ojos al ver que ambos no estaban preocupados o enfadados.

-Esperen, mejor no. Van a colarse entre las amazonas durante tres noches consecutivas, entonces arrebatarán las máscaras a todas las que puedan. Quiero observar cómo se libran de las mujeres guerreras. ¡Y siendo hombres!
Ambos tragaron con dificultad.

-Prefiero la guillotina. Mi orgullo es primero.

-Y yo la horca, tengo dignidad!

-¡Humph!
Nada de eso, hagan lo que les dije o el castigo será peor.

-¡Si veo el rostro a alguna me matarán! ¡No creo que escojan amarme después de ingresar en la noche como un pervertido!.-se quejó uno de ellos llorando sin lágrimas.
Su compañero podría haberse reído, pero tenía la misma suerte y en cambio lo acompañaba en su dolor. Lentamente preguntó;

-¿Qué pasará con tus dorados?, algunos de ellos en realidad fueron divertidos de ver.

-Solo déjenlos por una semana más, tal vez me perdí de lo más entretenido. ¿Alguien tiene alguna objeción? Si es así, guárdenselas para ustedes porque me da pereza escucharlos.

-No...

-¡Genial! Ahora, vayan a su misión!

-Esto parece más como si me obligaran a ser un soldado suicida.-murmuró Prometeo.

-No lloriquees, de cualquier forma ella la pasará peor al final.-su fiel compañero le susurró al oído, poco después sus ojos se pusieron brillosos, ¡También quería llorar a moco suelto!

En el santuario, kanon...bueno, Aioria en el cuerpo de kanon jugaba a las pulseadas con Saga.

-Tres a tres, esta es la última ronda, si pierdes, harás lo que yo hago siempre en este templo, y si yo pierdo...

-Remodelarás el templo con algo de tus ahorros.

-Es muy excesivo, pero de acuerdo.-balbuceó preparando su brazo. De todas maneras no es como si de verdad fuera a gastar SUS ahorros, serían literalmente los del kanon original.