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Milo tuvo una charla sin discusiones, se miró una de sus manos, anteriormente, traía allí una cicatriz poco notable de cuando protegió a Camus del ataque enemigo. Ahora no estaba ahí, la mano que veía era demasiado blanca y suave, podría sentirse demasiado feliz, sin embargo no deseaba tener ese cuerpo, por más sencillo que fuera..el prefería ver al verdadero dueño usar su propio cuerpo.

Además..
Por supuesto que actuaba de forma extraña al tratar de imitar a Camus, no era 'esa' persona y sus expresiones y sensaciones eran muy contrarias al dueño original.

Saliendo entonces, de este templo con algo de pesar, paseó solitario, viendo las cosas sencillas que aveces pasaba por alto. Y llegada la noche, invitó a Aioria al bar de Rodorio. Deliberadamente se vistió de forma provocativa, si ese cuerpazo le fue dado a partir de ahora..¿Por qué no aprovecharlo? Quizás ganaría demasiada atención y hasta dinero, sonrió al creer que le darían dinero, no era que realmente lo necesitaba, solo quería sentirse digno de tener ganancias a cambio de que puedan prestarle atención.

Quería aunque sea un poco la atención que Shura recibía de Camus. Solo un poquito..

Hubo karaoke, subieron ambos amigos emocionados, aquellos que sabían sobre el caballero de acuario se sorprendieron al verlo actuar tan abiertamente y sonriendo alegre hasta cantar mientras brincoteaba al ritmo de la música.  Pasó su brazo por los hombros de Leo cuando caminaba en busca de un lugar para sentarse.

-¡Oye Aioria! ¿Qué tal? Descubrí que Camus tiene gran talento en el canto, hasta obtuve dos cervezas gratis.-habló emocionado, con el pecho tembloroso debido a las vibraciones de la música.

-¡Te luciste! Lo admito, la voz de Camus te supera por mucho.

-Voy a evitar sentirme ofendido.

-No te enfades, pero es cierto y sabes que yo a tí, no soy capaz de mentirte.
Mira amigo, yo sospechaba al principio esta situación poco frecuente, pero pensé que no tenía pruebas exactas, y ahora que lo dijiste, me siento tan feliz al saber que estaba en lo correcto, dime, cómo se siente estar en el cuerpo de la persona que te gusta?

-Ni lo menciones, es terrible, no es gran cosa pero respetar el cuerpo de ese alguien es complicado, sabes cuántas madrugadas me desperté con el ganso despierto? Yo pensé que todo sería más fácil, pero era enfermo que hiciera 'algo' para bajar esas ganas. Dime, cómo te sentirás al hacer 'eso' a otra persona? ¡Sería horrible! Lo único que hice fue bañarme con el agua helada. Pero bueno, después de unas semanitas me voy acostumbrando, después de todo es mejor que haber intercambiado el cuerpo  con una mujer, no puedo imaginarme llegar a mis días jajjajaja

-Siendo amazona de seguro que buscarás la forma de hacer el ridículo. De niños cuando te pusiste esa peluca rubia y algo de rubor, casi infartas al patriarca. Hasta me da algo de pesar el imaginar por todo lo que ha pasado nuestro gran pontífice con nosotros. De niños, éramos los diablos personificados, cómo olvidar cuando dibujé corazones en toda su túnica patriarcal y luego la usó sin darse cuenta frente a todo el santuario.

-Esa vez te pasaste, me echaron la culpa a mí y pasé tres días encerrado en una habitación solitaria. Hasta ahora me dan ganas de darte una patada en las canicas.

-Por favor no..-se achicó en su asiento doblando sus piernas.

De pronto, un joven alto, rebosante de juventud y de gran aspecto se les acercó, al principio no lo reconocieron por las luces que cambiaban a cada segundo, pero en cuanto habló. Milo escupió sobre la cara de Aioria la cerveza que pensaba beber.

-Maestro Camus, estoy sorprendido..-pronunció con asombro.

-Más que yo no lo creo.-murmuró Milo limpiándose los labios con su antebrazo y mirando la cara mojada de Aioria.

IntercambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora