Flores de Seda

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"¡Jimin!"

"¡Voy enseguida!" El rubio salió a trompicones de su anotación, cargado con toda clase de materiales para su cita con la pareja real.

Su madre lo esperaba en la puerta. Le acomodó los mechones traviesos del pelo.

"No quiero llegar tarde, Jiminssi. Déjame ayudarte con algo de eso." La mujer tomó parte de los materiales que cargaba Jimin. Este lo agradeció con un suspiro.

Habían pasado casi dos semanas desde la partida de Taehyung. Y con cada día que pasaba, a Jimin le parecía que se iban alargando. Ya imaginaba la falta que le iba a ser su amigo, pero el no tenerlo ahí le dolía mucho. Extrañaba cada una de sus cualidades.

Ahora no visitaba el palacio tan a menudo. Solo lo hacía por cuestiones de trabajo, y el trabajo le era tedioso sin Taehyung a su lado.

Se preguntaba qué estaba haciendo Taehyung en esos momentos. No tuvo oportunidad de escribir aún, ya que la llegada de cartas a un barco en medio del mar era complicado. Su ausencia sería más larga de lo que Jimin pudo imaginar.

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"Levante los brazos, por favor."

La reina obedeció de inmediato. La madre de Jimin le paso la cinta medidora por el pecho y le dictó unos números a su hijo. Él los escribió sin mucho entusiasmo.

"Veo que ha perdido peso." Dijo la sastre para sacar conversación.

Antes de que la mujer pudiera responder, sonó una voz masculina. "La ida de nuestro pequeño Taehyung le ha afectado un poco."

La reina asintió, deprimida. Su marido pasó de largo a Jimin, como si no lo hubiera visto. Al rubio no le sorprendería que así fuera. Él era diminuto comparado en el imponente hombre.

"Ya veo." Dijo la sastre. "Es muy difícil para una madre ver a su hijo partir."

"Pero ya te eh dicho que está en buenas manos, no hay nada de que preocuparse." La consoló el rey. "Es para su propio bien, y el bien de ambos reinos. Y no olvides las grandes noticias respecto a nuestro principito, ya no será solo un niño, por fin llega la hora de que convierta en el hombre que debe ser. Se lo comunicarán en cuanto llegue a costas de las Islas del Norte."

Jimin levantó la cabeza. El rey adornaba su rostro con una sonrisa de triunfo y orgullo.

Se atrevió a hablar. "¿Cuáles son las grandes noticias?"

El hombre se volteó con rapidez. Claramente no reparó en el muchacho cuando entró a la habitación. Le dedicó una sonrisa no muy prometedora.

"Ah, no es nada. Tú deja que los adultos se encarguen."

Jimin frunció el seño. Él era casi un adulto. ¿Qué era eso de lo que no le querían hablar? Si son noticias grandes, deberían dejarme saber. Soy el mejor amigo de Taehyung, pensó con desconfianza.

Abrió la boca para hablar de nuevo pero la mirada que le dedicó su madre lo detuvo.

"Pasame las telas, Jimin." Le pidió la mujer.

El pequeño rubio refunfuñó algo para sí y fue a recoger lo que le habían pedido.

Las palabras del rey no dejaban su mente. Dijo algo sobre convertir a su hijo en un hombre por fin. Conociendo a Taehyung, eso no podía significar nada bueno.

Nauta 〖TaeKook〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora