El paraíso de Perséfone (Tawny).

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Al estar encerrada en aquella cueva, Perséfone no podía saber si era de día o de noche, ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado desde que fue arrastrada al Inframundo por Hades. Pero estaba segura de algo: Su madre debe estar buscándola.

Sin embargo, a pesar de estar preocupada por su madre ella no dejaba de pensar en la mirada de Hades. Pues arriba, en el mundo humano; la reputación que Hades recibía no era muy buena al ser el Dios del inframundo y de los muertos. Todo el mundo le tenía pavor y miedo.

Tawny al escuchar lo temible que era el Dios, gracias a las palabras de los humanos, también comenzó a hacerse una idea no muy agradable de cómo sería el Dios, sin imaginarse que todo aquello que creía y decían era falso.

Y eso lo pudo comprobar la Diosa al cruzar miradas con Hades. Aquello ojos esmeraldas no estaban llenos de odio y malicia como todo el mundo creía. Había dulzura y amabilidad en ellos; no eran fríos, eran cálidos; no estaban opacos, estaban brillando de manera hermosa.

Tawny seguía con aquel lirio en su mano, pasando sus dedos por los pétalos de aquella flor. Su mirada estaba perdida en sus pensamientos, hasta que escucho tocar la puerta.

Dejo de estar recostada en la cama improvisada y se sentó recta, dejando a un lado el lirio.

-Adelante -respondió la Diosa ante el llamado a su puerta.

-Hola, ¿Cómo estás? -cuestiono Craig al entrar a la habitación con una bandeja de más comida.

-Bien... supongo -contesto Perséfone un poco dudosa, pues realmente no sabía que estaba sintiendo en esos momentos.

- ¿Tienes hambre? -cuestiono tratando de hacer que Tawny disperse un poco sus pensamientos.

Pero en cambio hizo que la Diosa se pusiera más nerviosa.

"No comas nada que te den en el Inframundo"

Las palabras de su madre no dejaban de resonar cada que veía la bandeja de comida. Pues si bien, tenía hambre, estaba asustada de lo que pueda pasar cuando como algo que el Dios le estaba ofreciendo.

-Gracias, pero no tengo hambre -contesto de manera cortes la Diosa con una sonrisa radiante. No le gustaba mentir, pero no iba a decirle al Dios la verdadera razón del porque no probaba los alimentos que le ofrecía de manera amable.

Asintiendo con la cabeza Hades dejo la bandeja en una larga piedra que estaba en medio de la "habitación", la cual se usaba como mesa. Después se giró a ver nuevamente a Tawny.

Sus ojos se volvieron a encontrar y la chispa volvió a hacer presencia.

A Craig le gustaba ver directamente a los ojos a la Diosa, ya que aquella chispa le hacía recordar que estaba vivió, que podía sentir y enamorarse. Que no era aquel monstruoso Dios impiadoso y desalmado.

Después de vivir por tanto tiempo entre los muertos, la agonía y el dolor. Craig siempre se preguntaba si aún seguía con vida, si no es como aquellas almas que llegan a su reino; las cuales, la mayoría, no saben que sus vidas han llegado a su fin y siguen viviendo como si estuvieran vivas. Hades tenía miedo de ser como ellas, el estar muerto y no saberlo era lo que más le aterraba.

Pero sus dudas fueron contestadas cuando conoció a la bella Perséfone. Al ver a la Diosa hizo que su corazón latiera desbocado y que en su ser creciera un sentimiento de anhelo.

Si estaba vivo, si podía sentir. Perséfone se encargó de traerlo a la vida.

-Te regresare a casa -anuncio Craig luego de salir de su ensoñación.

- ¿Disculpa? -Tawny no se esperaba aquello, estaba impactada.

-No quiero generar problemas entre tú y tu madre. Tampoco quiero hacerla sufrir con tu desaparición y que eso genere algún tipo de guerra entre nosotros, por eso debo devolverte al bosque donde estabas.

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⏰ Última actualización: Feb 14, 2021 ⏰

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