Catorce años.
Pov. Narradora:
Ambos niños hablaban sentados en la habitación de Norman. Eran temas triviales y sin nada íntimo o personal, hasta que el de ojos azules dijo lo que haría la diferencia.— Ray.
— ¿Ah?
— Tú... ¿Tú alguna vez te has enamorado?
— ¿Por qué lo preguntas? — Formuló con seriedad.
— Porque yo siento cosas por alguien. — Dijo con un ligero sonrojo.
— ¿Quién es? — El de ojos negros sentía su corazón a mil por segundo, pues temía por la respuesta.
— Me gusta Emma. — Esbozó una pequeña sonrisa.
— ...
— ¿Qué pasa?
— Debo irme. Adiós. — Se levantó lo más rápido que pudo y se fue. No quería verlo a la cara luego de haber hecho esa confesión.Pov. Ray:
¡Demonios! Agghh... ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué tiene que ser Emma?!
Norman. Acabas de declarar la guerra...Pov. Narradora:
A partir de ese día, nada entre ellos volvió a ser igual.
Ya no eran los mejores amigos, aunque no era culpa de Emma, ni de nadie. Simplemente, ambos se habían enamorado de la misma chica.Tal vez así debía ser, tal vez el destino les tenía preparado esto. Tal vez... Tal vez estaban destinados a ser enemigos en el tema del amor.
Y la persona que los había unido en un principio, inconscientemente los había separado. Sin ser culpa suya.
— Ray. — Apareció Emma en frente de él, con su siempre cálida sonrisa.
— ¿Emma?, ¿qué pasa?
— Norman me dijo que lo dejaste solo mientras hablaban. ¿Es cierto? — La peli naranja sabía que Ray a veces podía mentir, pero que también que podía ser extremadamente sincero. Lo que lo hacía impredecible.
— Sí. ¿Qué tiene? — El de cabello negro ahora no soportaba ni siquiera el escuchar su nombre.
— ¿Por qué tu enojo? — Era obvio que lo notaría. Ella no es tonta.
— ... No tengo nada. — Emma sabía bien que Ray al mentir, desviaba la mirada, por lo que de inmediato dedujo que no decía la verdad.
— Ray, te conozco. Sé que cuando mientes, no puedes mirarme a los ojos.
— Es... Un problema entre Norman y yo. Así que no te metas.
— Ya veo... Entonces arreglen su "problema". — Dicho esto, se retiró para ir a jugar con Gilda y Don.Más tarde, Norman vio a Ray en la biblioteca, pero esta vez no leía nada. Ni se veía interesado en tomar alguno de los muchos libros que había. Simplemente, estaba recargado en uno de los estantes.
— Ray. — Se colocó a su lado, gateando con cuidado.
— ¿Qué quieres?
— Saber qué te pasa. Me dejaste sólo sin explicación alguna.
— ... Te odio. — Murmuró, con la mirada baja.
— ¿Razón? — El de ojos azules se mantenía tan sereno como siempre.
— ¿Por qué...?, ¿por qué debemos estar enamorados de la misma persona?
— ¿Emma, ella te gusta?
— He estado enamorado de ella desde los diez.
— Ya veo... Así que "me odias" porque estoy interesado en la misma persona. ¿No?
— Cállate. No quiero verte.
— Ray, odiame si quieres, pero lucharé para conquistar a Emma.
— ¿Estás declarando la guerra?
— ... Sí. — Respondió con seriedad.
— De acuerdo. Hagamos un trato.
— Términos y condiciones. — Dijo esto refiriéndose a que aceptaba.
— Será sencillo. Quien le dé su primer beso, ganará. El otro se alejará de ella... Para siempre.
— Pero olvidaste algo. No depende de ninguno de nosotros el decidir con quién se quedará. Eso sólo puede decirlo ella.
— Demonios.
— Hagamos esto: Ambos tendremos una oportunidad con ella. Una vez que decida, el otro callará sus sentimientos, pero sin alejarse.
— ... Acepto.
— Hecho.Ambos estrecharon sus manos como señal de que el trato ahora estaba sellado.
— Suerte. — Dijo Norman, para luego marcharse.
— No la necesito. — Susurró casi inaudible.
— Ambos la necesitamos.Ahora pelearían por el amor de Emma. Quien ni siquiera imaginaba la situación en la que se había metido.
¿Quién lo iniciará?
¿A quién elegirá?
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Elígeme. [Ray x Emma x Norman].
FanfictionSINOPSIS: Emma y Norman habían tenido una relación algo estrecha desde muy pequeños, pero en ese entonces era una amistad de niños. Ahora que ya ambos tienen la edad de quince años, Norman se da cuenta de que en realidad está enamorado de ella. Aunq...