i. a veces el infierno deja de ser un lugar para convertirse en una persona.

4.7K 375 651
                                    


A VECES EL INFIERNO DEJA DE SER UN LUGAR PARA CONVERTIRSE EN UNA PERSONA

Advertencias:
mención de abusos, violencia implícita, noncon, posible angst? No justifico ningún comportamiento aquí narrado. Yo sólo escribo. Por favor, relájate y disfruta.

«La normalidad es una ilusión; lo que es normal para una araña, es el caos para una mosca»

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

«La normalidad es una ilusión;
lo que es normal para una araña,
es el caos para una mosca».

•••

       Dicen que el peor de los demonios es aquel que se esconde tras la cara de un ángel. Nadie sospecha de su verdadera naturaleza y cuando quieres deshacerte del mal, su veneno ya ha emponzoñado tu alma hasta un punto donde la salvación requeriría de un milagro. Eso fue lo que ocurrió cuando conociste a Chrollo Lucilfer. Aquella noche fue el inicio del fin. Hasta su propio apellido debería haber servido de advertencia, pero deslumbrada por las apariencias, actuaste como quien escucha sonar todas las alarmas y decide ignorarlas deliberadamente a pesar del peligro.

Cuando conociste a Chrollo no pudiste evitar sentirte atraída por él. Era un chico lindo, dueño de una dulce sonrisa y unos ojos grises capaces de hacer que tu corazón se saltara dos latidos cada vez que te miraba.

Además de eso, era carismático, culto, amable y todo un caballero. Siempre atento a todas y cada una de las palabras que salían de tu boca, demostrando interés hasta por el mínimo detalle relacionado contigo y notando el más sutil de los cambios. Nunca te habías sentido de esa manera con nadie, te hacía sentir valiosa y amada. Para él eras como una de esas delicadas muñecas que bailan dentro de una caja de música. Te había colocado en un pedestal, quería protegerte y otorgarte toda la adoración que te profesaba.

Cuando Chrollo te hablaba, solía hacerlo en un tono suave, inclinándose sobre la curva de tu cuello y rozando con su cálido aliento la piel que se erizaba bajo la caricia de sus palabras. Siempre manteniéndote cerca. Le gustaba que toda tu atención se centrara en él, y tú lo complacías gustosa, mientras él acomodaba detrás de tu oreja un mechón de cabello que se había deslizado sobre tu rostro.

La música era relativamente alta esa noche y el ambiente acogedor. A pesar de la cantidad de gente que había ese viernes en el local y del bullicio que os rodeaba, tú sólo veías y oías a Chrollo. Inconscientemente, todos tus sentidos se enfocaban en él.

Levantó dos dedos de su mano derecha indicando al camarero que sirviera una ronda más, sin apartar la vista de ti en ningún momento.

El vodka se encargaba de avivar la llama que ardía en tu interior, como si fuese gasolina derramada directamente sobre el fuego que te consumía. Sentiste el ardor recorriendo tu cuerpo con más potencia cuando el pulgar de Chrollo recogió de tus labios una gota de licor que resbaló por la comisura, para luego llevarla a los suyos, saboreando.

𝗧𝗢𝗫𝗜𝗖 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora