ii. uno de septiembre.

2.2K 138 223
                                    


UNO DE SEPTIEMBRE

Advertencias:
Nsfw. El plot de todo esto es una simple excusa para escribir smut kdkd. He decidido narrar en primera persona porque se me hace más cómodo. Disfruta de la lectura <3

      El timbre sonó con insistencia, sacándome de la marea de pensamientos que inundaba mi mente justo en ese preciso instante

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

      El timbre sonó con insistencia, sacándome de la marea de pensamientos que inundaba mi mente justo en ese preciso instante.

Antes incluso de decidir conscientemente si debía abrir o no, mi cuerpo se había accionado por sí mismo como un resorte, encaminando sus pasos hacia el lugar del que provenía el tenaz sonido. Fue cuestión de segundos levantar la tapa de la mirilla y comprobar quién pulsaba con obstinación el pequeño interruptor, aunque de sobra sabía que era él quien permanecía a la espera mucho antes de haberme tomado la innecesaria molestia de comprobarlo.

Ese instinto fugaz que guió mis pasos hacia la entrada fue a la vez el mismo que ahora me tenía paralizada frente a ella, pestillo en mano, luchando conmigo misma en la terrible decisión de permitirle pasar o dejarlo en la calle tal y como en realidad se merecía. Pero... ¿a quién pretendía engañar? Las mentiras que una se cuenta a sí misma tienen un límite, y lo cierto era que lo que más deseaba ahora mismo en el mundo entero no era otra cosa que tenerlo una vez más conmigo.

Sólo para mí. Como si nadie más ni nada a nuestro alrededor importase: Abrir la pesada puerta y una vez dentro, retenerlo a mi lado sin pensar en otra cosa que no sea tenernos el uno al otro y olvidar todos los problemas que nos rodean fuera de estas cuatro paredes.

A pesar de que mi sentido común y el poco orgullo que a estas alturas me quedaba clamaban a gritos por ignorar sus llamados, el ardiente y desesperado deseo que me embriagaba impedía que obrara con el mínimo atisbo de lógica.

Aquello que me hacía sentir tan viva, en realidad poco a poco estaba minando mi integridad, me estaba matando. Los periodos de ausencia eran demasiado dolorosos para simplemente ser compensados con un instante a su lado, por mucho que cada pequeña porción de tiempo diera significado a mi absurda vida. Y a pesar de ser consciente de todo el dolor y el daño que me estaba causando, ese anhelo irracional quebraba todo intento de oponer resistencia. Él era como una droga: adictivo y letal.

Efectivamente tras los centímetros de madera que nos separaban, como ya he dicho, estaba él. Colocaba con cierta impaciencia el cuello de su camisa y las solapas de su traje negro de marca, el cual he de decir que le quedaba tan bien que daban ganas de arrancárselo del cuerpo.

—Abre, sé que estás ahí —ordenó con esa voz que siempre doblegaba mi voluntad. Aterciopelada, suave y a la vez firme, oscura y varonil. Giré las llaves y abrí finalmente, haciéndome a un lado para dejar que el azabache entrara a mi apartamento.

Llegaba casi dos horas tarde y he de decir que estaba muy molesta por ello. Había ansiado este momento durante semanas, y la espera previa había logrado ponerme al borde del colapso. Había soportado demasiados días sin el calor de su presencia. Ya casi no me quedaban uñas, pues durante toda la tarde me había dedicado a devorarlas, al comprobar cada vez que miraba la pantalla de mi teléfono que los más de veinte mensajes que le había enviado seguían con aquellas malditas uves de color grisáceo, indicando que no habían sido leídos. Sin embargo, cada vez que abría la dichosa aplicación de mensajería, observaba como él siempre había estado en línea, aunque ignorándome... Mientras yo maldecía en mi interior y me desesperaba por su actitud.

𝗧𝗢𝗫𝗜𝗖 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora