[Viejos tiempos]

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Dynamike caminaba por la nieve, aún con lo bien abrigado que iba le calaba en los huesos, al menos el hotel sería cálido, por un segundo se preguntó la clase de loco que haría un hotel en una montaña nevada y que clase de persona aún más loca iría en pleno invierno.

Al tener en su campo de visión a el enorme hotel sonrió aliviado, frente a este estaba un empleado de espaldas limpiando la nieve de la entrada, Mike se acercó para preguntar, –Buen día, disculpe buen hombre, mi nombre es Mike, vine por el puesto de botones–, el hombre se giró al oír el nombre, –Wowza!–, grito por sorpresa, algo en su cuerpo lo había obligado, ese nombre ya lo había oído.

El conserje trató de no darle importancia al hecho de que tenía una idea de quién era Mike, –Lo siento, me tomo por sorpresa, sigame–, el trabajador del hotel lo llevo hasta la oficina de su jefe, toco la puerta ligeramente y un grasnido extraño le indicó que pasara.

Ambos ancianos entraron, –Sr. P, este el hombre que solicitó el puesto de botones temporal–, presentó a Mike, el pingüino inspeccionó al hombre un segundo para volver a emitir sus extraños parloteos, "Me parece perfecto, Gale, muéstrale tu habitación, se quedará contigo".

Gale palidecio con la orden, –¿Mi habitación?–, repitió el conserje ante la mirada del minero, Sr. P volvió a mirarlo, "Es temporada alta y no tengo habitaciones libres, todas están reservadas, ¿hay algún problema?", el pingüino estaba serio, –Ninguno señor...–, respondió Gale para salir junto a Mike.

Mike solo seguía a Gale sin decir mucho, el nombre que el pingüino le dijo, "Gale", era familiar de alguna manera, –Dame un segundo Mike, debo arreglar un poco antes de que entres–, Gale se adelantó entrando a su habitación para liberar el espacio de una segunda cama que nunca usaba más que para poner ropa o algún panfleto del hotel.

Gale aprovechó para ocultar una fotografía de su juventud, no estaba seguro si Mike sería quien el creía pero era mejor no tomar riesgos pues aquel Mike que un día conoció debe odiarlo con todas sus fuerzas.

En la oficina del pingüino este sonreía, era cierto que no tenía más habitaciones pero también quería que Gale tuviera otra amistad, jamás salía del hotel, se la pasaba en el trabajo y que mejor que contratar a otro adulto mayor para que sean amigos.

Mike por fin pudo entrar a la habitación de Gale, era bastante lujosa para no ser de las mejores del hotel, –Sus uniformes deberían llegar en un momento, por favor siéntase libre de instalarse–, Gale hablaba tan cortés con Mike, –Hablame de tú, no es necesario ser tan formal, después de todo soy solo un viejo minero–, dijo Mine haciendo que Gale sintiera que el aire se le fuera, Mine el minero, ya era demasiado obvio que era el Mike que conoció alguna vez.

Gale camino hasta la puerta torpemente balbuceando, –Bueno jeje, tengo que ir a hacer cosas del hotel, porque trabajo aquí y tengo que hacer mi trabajo y...si...hasta luego–, salió finalmente mientras Mike trataba de no reírse, ese hombre no debe salir mucho, el minero acomodó algunas cosas que llevaba, luego se quitó el abrigado gorro liberando a su amigo emplumado, –Ya es seguro aquí pequeño–, el canario aleteo hasta el hombro de Mike.

Sabia que quizá no lo dejarían tener a su canario en el hotel pero tampoco quería dejarlo solo, igual la pequeña ave estaba acostumbrada a quedarse bajo el cálido sombrero de Mike, solo salía a comer o a volar un rato.

Unos toques en la puerta alarmaron a Mike ocultando el canario en su espalda, abrió lentamente encontrándose a un pequeño robot pingüino cargando con unos uniformes empaquetados con todo y sombrero, –¿Gracias?–, tomo los uniformes sin saber si debía decirle algo al pequeño robot pero este solo emitió un sonido y se fue, cerró la puerta para luego acomodar uno de los uniformes, estaba planchado y limpio, listo para usarse, Mike prefería por mucho la ropa cómoda y no ese traje tan presentable, igual no tenía opción y para su suerte el sombrero era alto y abrigado, perfecto para llevar a su amado canario.

Mike estaba por ir al vestíbulo a por un mapa del hotel, sin embargo recordó que no le habían entregado alguna llave de la habitación, quizá Gale lo había olvidado, igual siempre hay dos llaves de habitación en los hoteles, quizá estaba en algún lugar, reviso por el clóset, el tocador y finalmente en la mesa de noche de Gale, encontró la llave sobre un marco de fotografía algo viejo, al tomar la llave no presto atención a la foto, no era de su incumbencia.

Bajo rápidamente usando las escaleras, el ascensor seguro tardaría y ni siquiera estaban en un piso tan alto, vio en la puerta a Gale, hacia mucho que no hablaba con alguien de su época, quizá podrían llevarse bien y hablar sobre esos buenos tiempos.

Salió para saludar, tampoco quería interrumpir mucho, hasta donde había visto, su jefe era algo estricto, –Hey Gale–, llamó la atención del conserje, –Oh, Mike–, Gale se veía intranquilo, el minero creyó que quizá solo era alguien tímido, –¿Algún consejo de trabajo?–, Mike trataba de romper el hielo, Gale seguía quitando nieve, –Honestamente señor Dynamike, ese trabajo que acepto a nuestra edad será pesado–, Gale dio su punto de vista pero algo llamó la atención del minero, –¿Cómo sabes ese apodo?, no recuerdo haberlo puesto en mi información ni haberlo dicho–, oh no, Gale tu torpe salchicha.

El conserje trató de no entrar en pánico, –Alguna vez que estuve en el pueblo escuché sobre los mineros y ahí lo mencionaron–, se excusó Gale, en realidad nunca imagino volver a escuchar ese apodo, –Ya veo, bueno, solo llámame Mike, fuera de la mina eso ya esta en el pasado–, Mike palmeo la espalda de Gale y volvió al hotel.

...

El joven Dynamike, un buscado bandido, armado con explosivos bastante peligrosos, un hombre frío y sin sentimientos, o eso decían los carteles.