Capitulo 8: Libertad

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Chu WanNing empeoró su condición física. No comía, no hablaba, no mantenía las ganas de salir fuera del hospital. Los enfermeros Mei creían que Mo Ran fue un mal doctor para proponerle cosas sin haberlo conversado, sin embargo, ya no podían hacer nada, Chu WanNing ya se encontraba así y con ganas de encerrarse en el baño como lo hacía antes.

No seguía el protocolo de las pastillas, pues cuando el doctor Jun salía de la habitación, Chu WanNing escupía o arrojaba la pastilla en la ducha, haciendo creer a los demás de que consumía con normalidad.

Él admite que extraña a Mo Ran, que extraña a su discípulo más querido y reconoce que a veces tiene días calenturientos por pensar en él y en el beso que se dieron hace meses. Toda su ilusión se esfumó luego de esa tarde cuando TaXian Jun apareció, al menos quedaban sus recuerdos, cuando Mo Ran era pequeño, cuando caminaban por las salas pequeñas de reuniones familiares o cuando le enseñó sus dibujos que jamás fueron devueltos.

Reconocía las cosas, no completamente, pero las pastillas que eran más fuertes habían funcionado, reconocía las cosas que lo rodeaban y las ilusiones que tenían eran por sueños o dos veces cada tres semanas, sin embargo, él no quería estar en ese mundo, ¿Por qué estaría en un lugar donde es maltratado y vive encerrado? Escuchó que no tiene familiares fuera de ese hospital, así que si decidía salir, se quedaría sin comida y una vida mísera, por lo que, tuvo que soportar todo el daño que le provocaba y vivir de los recuerdos que tiene ahora. Incluso Song Qiutong dejó de molestar al verlo de mala gana y sin vida, incluso sin su Vid ya no tenía el mismo brillo.

Cuando apagaron las luces del pabellón, Chu WanNing seguía despierto, lograba mentir a los enfermeros Mei, pero no a TaXian Jun. Su pastilla de dormir se derretía en ese vaso de agua que luego sería regada en su única planta solar.

Era madrugada y Chu WanNing se movía de lado a lado, no soportaba estar sin Mo Ran, aunque ya haya pasado un año. Frustrante, demasiada frustración en su corazón. Suspiró y dobló sus rodillas a su pecho; cerró los ojos para recordar a un joven Mo Ran, cuando iba a escoger entre los demás maestros, y él fue el escogido. Recordando ahora y sintiéndose mal, por haber rechazado en varias ocasiones a ese joven apuesto, por lastimarlo cuando lo vio con Shi Mei a escondidas o enseñándole sobre su nueva vid.

Apretó su pecho y comenzó a llorar con angustia, mordiéndose el labio para que los enfermeros—si estaban allí—no escucharán.

Extraña mucho a Mo Ran.

—Perdona a este Shizun.—dijo antes de quedarse dormido con sus lágrimas cayendo al colchón delgado.

—¡Mo Ran, Mo R-Ah!

El ritmo al que iba era duro, haciendo que Chu WanNing se mueva en el colchón delgado.

Mo Ran estaba yendo muy profundo en esa posición. Haciendo que Chu WanNing no pueda aterrizar, dejándolo gemir y gemir. Su pecho estaba puesto en el colchón, mientras su nalga estaba alzada y siendo destrozada, recibiendo profundos golpes, haciendo que sus mejillas se pongan rojas por el choque frenético.

—¡Ah, ay!—De pronto Chu WanNing se quejó y volvió a quejarse, por el duro pene erecto de Mo Ran entrando y saliendo. Besando su hermosa espalda y dejando necesitado en cada parte.

Chu WanNing estaba en las nubes, sus mejillas y espalda estaban completamente rojas. Podía ver que estaba en una cabaña; su cama era ancha y las sábanas suaves, podría quedarse así el resto de su vida, recibiendo algo de Mo Ran.

Sus ojos se volvían blanco cada vez que Mo Ran entraba.

En ese momento, sintió que alguien le jalaba el cabello para adelante, haciendo que se deslice del pene de Mo Ran. Cuando volvió a abrir los ojos, una enorme polla estaba en la abertura de su boca y alguien penetraban por atrás, haciendo que el sonido de sus gemidos atraviese por el pene de la otra persona, esa persona era TaXian Jun, que lo miraba con ojos divertidos.

WanNing, me volverás locoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora