Capítulo 4: Pequeño Chu

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—¡Mira, mira, Mo Ran!—habló Chu WanNing con alegría.

Era la sexta semana que Mo Ran comenzó a atender a Chu WanNing. En estos días ocurrió todo tipo de cosas y es importante tomar apuntes a los cambios de Chu WanNing.

—Mn, son ratones, ¿Te gustan? la próxima vez puedo traer más.

Mo Ran estaba llegando a la conclusión de que tener este tipo de trastorno puede llevar a una cura. Sus mundos diferentes del paciente variaba, a veces iban a su infancia, a veces iban a las épocas antiguas que se dividían en tres facetas y su último mundo es el de gatos. Es algo confuso, tiene que hablar sobre lo que vio en el pasado y su personalidad de niñez le ayuda mucho a saber más de ello.

—¿En qué piensas, Mo Ran?

Es su oportunidad.

—WanNing, ¿Te gustan los gatos?

Fue una sorpresa para Chu WanNing preguntar por algo así. Su rostro se tiñó de rojo y asintió muy despacio.

—Son lindos... ¡y muy divertidos!—Chu WanNing saltó de rodillas en el piso—¿A ti te gustan, Mo Ran?

El doctor Mo sonrió:—Claro que me gustan, WanNing—acarició su larga cabellera—, ¿Tienes un gato en casa?

Chu WanNing asintió desesperado y se fue corriendo.

"¿?" Mo Ran no conocía animales que caminen por este pabellón y muy peligroso para que los pacientes de este lugar los toquen.

Chu WanNing regresó sonriendo y se arrodilló entre las piernas de Mo Ran abrazandolo. Mo Ran no había vuelto a ver la personalidad vieja de Chu WanNing y no quería volver a encontrarse con él, sin embargo, todas las personalidades y mundos que tenía el paciente Chu, siempre llegaba a un punto: un gusto por Mo Ran.

—¿Qué escondes, WanNing?—Mo Ran luchó por separarse.

—¡Mira! es un gato, muy bello ¿no?—el paciente alegremente le enseñó el dibujo.

La personalidad de ahora era un niño, no se atrevería a decirle la verdad sobre el gato mal pintado. Frotó su nariz y dijo:—Muy bello, WanNing, ¿Tiene un nombre?

Chu WanNing ocultó el dibujo y con temor negó con la cabeza.

—Es nuevo, lo compraron hace meses—se acercó a Mo Ran para susurrar algo—, no se lo muestro a nadie porque se lo pueden llevar.

Atender a niños es la especialidad de Mo Ran, en especial a alguien tan cariñoso como lo es Chu WanNing.

—¡Shh!—colocó su dedo índice contra los labios de Mo Ran—no le cuentes a nadie, solo lo sabemos tu y yo.

—Oh, ¿es un secreto?

Chu WanNing asintió y le enseñó su dedo meñique.

—Prometeme que no le dirás a nadie.

Mo Ran se quedó quieto, pero no tardó en poner una sonrisa amigable. También sacó su dedo índice y la juntó con el dedo de Chu WanNing.

—Es un secreto.

Mo Ran estaba escribiendo detalles sobre los dibujos que tenía Chu WanNing escondidos, al parecer el único dibujo que dejaba ver a todos es el que estaba colgada en la pared encima de su cama. Los dibujos que tenía escondidos siempre lo había guardado en secreto como su recuerdo más profundo que no debe salir a la luz para sus otras personalidades. Mo Ran podía sacar información detallada a un niño que a un adulto.

—WanNing, ¿Me puedes prestar a tu... gato por un día? Lo alimentaré bien y cuando lo veas estarás más gordo, ¿te gusta la idea?

Todas las personalidades de Chu WanNing conocían la comida del lugar: era horrible y sin gracia, que su gato pudiera comer algo mejor le alegraba. Confía mucho en Mo Ran y no es capaz de que el lo engañe.

WanNing, me volverás locoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora