Capítulo 6: Soy su hermano

900 131 114
                                    

Había transcurrido dos semanas desde que pasó el accidente, por alguna razón, los periodistas se enteraron del incidente y toda la fama de Mo Ran se fue abajo.

Incluso los pacientes de ese lugar se daban cuenta de lo que ocurría. Las enfermeras solo trataban de tranquilizar a los pacientes que hacían huelga para volver a ver al simpático doctor.

Recién estaba amaneciendo, el sonido de los cláxones de los carros sonaban afuera y la bulla de los pacientes por querer salir de su habitación ya se hacía notoria.

Los enfermeros Mei que tuvieron momentos trágicos por la renuncia de Mo Ran, estaban agotados, querían que otros enfermeros se encarguen de Chu WanNing, solo querían un momento de descanso para ir a fastidiar a Xue Meng que ahora estaba más estricto y serio con los doctores y enfermeros del hospital. Las enfermeras solo se limitaban a decir: “Solo por ser el hijo del director, ya puede mandar órdenes”.

Antes de que abrieran la puerta del paciente Chu, los dos suspiraron, se miraron entre sí hasta que uno de ellos asienta con la cabeza para abrirla.

La herida de Mei Hanxue 2 todavía no había sanado, seguía utilizando una gasa que tapaba ampliamente la herida; a pesar de ser coqueto con las chicas, pensó que era momento de ponerse más al cuidado del paciente Chu que de él.

El chirrido de la puerta sonó pausadamente. Como si los hermanos Mei supieran lo que el paciente haría, cerraron la puerta para asegurarse.

Chu WanNing estaba más descuidado de lo normal, todas sus ropas estaban en el suelo, sucias por la tierra que trae el viento. No era la primera vez que Chu WanNing abría la ventana y la dejaba abierta toda la noche para que el aire recorriera en toda su habitación.

Él estaba sentado en su cama, sus ojeras eran más grandes que antes, su rostro estaba pálido y sus ojos siempre amanecían rojos. En tan poco tiempo, su cuerpo parecía verse más delgado y demacrado. Miró a los enfermeros con un agarre de fe y les dijo:—¿A qué hora volverá Mo Ran?
Se volvía habitual para los enfermeros escuchar esa pregunta.

—Pronto.—Mei Hanxue 2 se limitaba a hablar con él en estos momentos. La tristeza le invadía cada que escuchaba esas palabras.

—Seguramente en una semana. Chu WanNing no tiene que preocuparse.—Mei Hanxue 1 le sonrió tranquilamente.

—Mentiroso.—Chu WanNing susurró.
Todos los días desde que Mo Ran se fue, los enfermeros le decían eso.

Las pastillas parecían haber surgido efecto en él, podía recordar las cosas que ocurrían días antes y podía controlar su comportamiento cuando quería hablar como niño o algún otro comportamiento que tenía. Cada que recordaba su actitud que tuvo hacia Mo Ran, se sonrojaba y un toque de tristeza invadía su corazón.

¿Cómo se le ocurrió hacer eso? La yema de sus dedos tocaron sus labios como si fuera su única salvación.

—Bueno, es hora de tu pastilla.—Mei Hanxue 2 comenzó a servir agua en la tasa de plástico, Mei Hanxue 1 sacó de su bolsillo las pastillas que le tocaba tomar en la mañana.

—A ver, WanNing, abre tu boca por favor.

Chu WanNing se negó, se levantó y antes que se encerrara en el baño, Mei Hanxue 1 se apresuró a cerrarlo. Hacer eso causó una molestia en el paciente.

—Quítate.—amenazó.

—Primero toma tus pastillas.

—…No lo haré.

—Saldrás a ver a los gatos si lo haces.

Los ojos del paciente Chu se agrandaron, pero no iba caer en la misma trampa que el de Mo Ran.

WanNing, me volverás locoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora