La Hija del General [Editando]

Capitulo VI: Caos

Amy abrazo a Matt, sabia que seria por tiempo indefinido. Matt tendría que luchar, el iria a la guerra pero ¿Qué pasaría con ellos? Amy y Matt se miraron por un instante, todo el aire se volvió espeso, de pronto hacia calor, de pronto dejaron de oir la camioneta del ejercito, de pronto dejaron de sentir el aire que los rodeaba, asi es, se estaban besando, Amy lo tomo por el cuello y Matt por la cintura, que hermosa era aquella sensación.

Amy despertó de golpe, era de mañana, era un bello dia pero no había razones para que el dia sea bello, el beso con Matt fue real, que el se haya ido también era real, la guerra que azotaba la Nacion era aun mas real que todo. Todo era raro, había tranquilidad en el pueblo, pero incertidumbre por los soldados que habían sido mandados a pelear y Amy tenia su preocupación que valia el doble: su papa y Matt no quería perder a ambos en la guerra.

La enfermería estaba medianamente vacia, Amy ordenaba unos estantes cuando un ruido fuerte se escucho a lo lejos y luego de golpe acercándose. Era un helicóptero que hizo descender rápidamente a cinco soldados heridos, por supuesto tenían cargos altos y empezó la acción aunque las heridas que tenían eras superficiales y no necesitaban ningún tipo de cirugía el mas complicado era el cabo John. Laura lo metió a la enfermería con la silla de rueda.

-Amy querida, te presento a el cabo primero John: edad 21 años, tiene ceguera temporal y esta incapacitado de las piernas, tiene un corte en la pierna izquierda inyectale unos antibióticos en lo que yo me ocupo de los otros.

-Cabo John, me llamo Amy James, esta a salvo, le inyectare un antiobiotico ¿Esta bien? Y le desinfectare la herida, puede que le duela un poco. Cuenteme lo que paso

-Habia mucho ruido, nos estaban bombardeando… mi amigo, mataron a mi amigo, una bomba estallo delante de mi y no recuerdo mas.

El cabo John se quedo dormido, Amy le desinfecto la herida y le quito el vendaje de los ojos. Padecia de ceguera temporal, estaría bien y saldría adelante. Los demás soldados también estaban bien heridos pero sanos y salvos. Por el contrario Amy no dejaba de pensar en Matt y en el peligro que corria.

Pasaron los días,John recupero la vista pero aun seguía sin mover las piernas. Amy le hacia masajes y ejercicios todos los días y llego a hacerse gran amiga de el. Jonh era alto como de un metro ochenta y cinco centímetros, tez morena y unos hermosos ojos negros.

-¿Usted cree que volveré a caminar Amy?

-Por supuesto pero lo mejor es que usted mismo lo crea

-Nunca podre agradecerle todo esto, es usted una muy buena mujer, gracias

-No agradezca por favor me encanta ayudarlo

Amy no lo notaba pero John se estaba enamorando de ella y como no hacerlo, Amy era la persona mas servicial y buena que existía.

Martes, la mama de Amy servia el desayuno para que este lista para la sesión de masajes en la enfermería. Al igual que Amy estaba triste y angustiada por el padre. Amy llevaba la tetera de porcelana con agua caliente cuando un sonido las espanto a ambas, la campanilla del tren

-¡Mama el tren!- dijo Amy tirando la tetera sobre la mesa y junto a su madre salieron corriendo de la casa, cruazaron juntas todo el prado hasta la parada del tren y se amontonaron junto con otras miles de personas que esperaban a los soldados que llegaban de tan eterno viaje.

Varios soldados empezaron a bajar, todo era abrazos grito y emoción el reencuentro de varias familias, soldados que abrazaban a sus hijos y lloraban y de pronto la escena mas ansiada por Amy algo demacrado pero vivo, el general James bajaba sano y salvo. Su padre, estaba vivo tanto su madre como ella corrieron a abrazarlo. ¡Por fin juntos los tres!

-Dios mio papá no nos vuelvas a hacer esto, estas vivo, te hemos extrañado tanto- dijo Amy llorando

-Fueron mi salvación luche con mi vida para volver por ustedes, Dios gracias por permitirme abrazar a las dos mujeres de mi vida

Una vez en casa, el papa de Amy se ducho y bajo a desayunar. La mama de Amy todavía lloraba de la emoción de tener a su esposo en casa sano y salvo.

-¡Que bueno que estas bien querido!- dijo la señora James

-Lo se mi amor, todo fue un caos y no mejora

-Papá ¿Qué paso con el ultimo grupo de soldados que enviaron desde aquí? ¿Qué fue de ellos?