Capitulo II: En casa

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Se fundieron en un fuerte abrazo. Amy habia olvidado su aroma,la fuerza de sus brazos y la textura de su traje del ejercito. Que lindo se sentia tenerlo en casa, que alegria que haya podido volver con vida pese a todo.
Edgard James era alto, tenia los mismos ojos azules de Amy una barba y el cabello color castaño, además de una expresión facial seria y una voz grave producto del entrenamiento y de su trabajo.

-Papá me hiciste mucha falta, no sabes cuanto-

-Hija mi Amelie, que alegria poder tenerte entre mis brazos hija-

La mama de Amy bajo corriendo las escaleras y los tres se estrecharon en un fuerte abrazo, que alegria poder tenerlo sano y salvo de vuelta pero ¿Hasta cuando?. Todos se sentaron a desayunar, la mesa estaba invidadida por una jarra con leche, cereales, pan tostado, mermelada de frutilla, queso y jamon y por supuesto el infaltable cafe negro del señor James.

-¿Que es lo que esta pasando papá?- 
-¿Porqué no dejas que tu padre beba su café tranquilo?-la cuestionó su madre
-Mamá, no puedes ni tragarte el pan de lo nerviosa que estas y es necesario que sepamos la verdad cuanto antes
-Nuestra Nacion, esta siendo intimidada por Europa, una guerra se avecina, problemas por el petroleo y falsas promesas de un acuerdo- Edgard suspiro como si aquello fuera realmente frustante-Ustedes estaran bien aun no hay nada seguro, pero me enlistaron para rescatar al presidente si algo pasa, pero tambien tengo un plan para ustedes. 

El escalofrio invadio la mesa, proseguir con la charla normal era dificil. ¿Que destino le esperaba a Nacion al enfretarse a alguien tan poderoso como Europa? 

-Me ire mañana por la mañana a un centro de de preparacion, entrenaré a soldados jovenes para que protejan la Nacion y sabes Amy, pense que podrias venir conmigo- 

-¿Yo? ¿Que iré a hacer yo en medio de soldados?- 

-Alli hay una enfermeria pense que quizas podrias ayudar a la encargada ya que estas estudiando para eso, pero si no quieres esta bien-

-Iré, claro que ire- 

Amy se dispuso a hacer la maleta sería solo el finde semana, esto le serviría de practica para su carrera, ser enfermera le apasionaba, ayudar a quienes lo necesitan era un don con el cual Amy habia sido privilegiada. 

Era sabado por la mañana, el centro de preparacion era enorme habian muchas cabañas dispuestas una al lado de la otra, todo era campo, cesped y arboles, mas que un centro parecia un pueblo. Del lado del frente estaban las cabañas mas vistosas aquellas pertenecian a los generales y jefes de entrenamiento. Mas alejado estaba la enfermeria donde Amy ayudaria a la encargada a atender a los soldados que se llegasen a lastimar durante la preparacion. 

Un viento frio corria. Amy dejo sus bolsos sobre su cama y se paro ante el gran espejo de su habitacion. Se puso un calza negra botas y un abrigo, se recogio el cabello en una media cola de caballo y aplico delineador sobre sus ojos. Tomo su bolso y salio dispuesta a presentarse con la encargada de la enfermeria. Caminaba nostalgica por el campo hasta que tropezo con una raiz de un arbol, alguien la tomo del brazo y la ayudo a que se levante.

-Señorita ¿Se encuentra bien?-

Amy intento hablar pero las palabras no le salian, estaba avergonzada por haber troezado y caido. Unas manos duras tomaron las suyas, unos ojos negros como la noche la observaron fijamente, el solado tenia puesto su uniforme Thompson podia leerse en su placa.
-Si disculpe, suelo ser bastante torpe-
-Se hizo un pequeño corte en la mano-dijo el observandola- Puede ir a la enfermeria escuche que ya llego la encargada, allí la atenderán para que no se le infecte
-Bueno, en realidad yo...
-¿Le tiene miedo a la sangre?- dijo el sacando un pañuelo de papel de su bolsillo y presionando la herida -No soy médico pero asi evitará ver su sangre hasta llegar a la enfermería
-Si, gracias
-Con su permiso
Y aquel soldado se alejo sin decir mas, se perdio entre las cabañas del resto de los soldados, ni la mas remota posibilidad de dar las gracias tuvo Amy. Aquel soldado la habia dejado pensativa, intrigada y curiosa, aquel soldado del cual no sabia nada.
El soldado Thompson...

La Hija del General [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora