CAPITULO II (SORPRESAS)

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(-Toma asiento- dijo mientras ojeaba algunas hojas que tenía a su costado. -¿Qué sabes hacer?-, preguntó para luego mirarme de manera fría y distante).

CONTINUACIÓN...

-Balances y administración de la gran parte de los recursos de la empresa, así como calcular las tarifas y las grandes cantidades invertidas a lo largo del periodo-.
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1 HORA DESPUÉS


-Muy bien señor Jaeger, es inteligente así que está contratado, desde mañana comenzará a trabajar para ésta empresa, no olvide ser puntual-. Dicho esto dirigió su terrorífica mirada a los papeles que tenía a su costado.

-Gracias señor- dije para luego dirigirme a la puerta y dedicarle una cálida sonrisa.

-¡Tsk!, solo vete- dijo mientras tomaba un cigarrillo y lo colocaba en su boca.

Me dirigía a casa con la intención de comer algo rico, cuando Mikasa salió tan repentinamente de su escondite que casi me provoca un infarto del maldito susto que me acababa de dar.

-Maldita sea Mikasa, aún no quiero morir sabes- dije mientras intentaba recobrar el poco aliento que me quedaba.

-¡Lo siento!, No era mi intención asustarte, FELICIDADES- dijo mientras se dirigía a mí con los brazos abiertos.

-¡Gracias!- dije para luego abrazarla de forma reconfortante.

-¿Irás a casa?- dijo para luego buscar algo en su bolsillo.

-Claro, a dónde más iría-

-No lo sé, tal vez irías a ver a alguna chica- decía mientras ponía una mirada pícara.

-¡Basta!, Quiero tomar una ducha, nos veremos mañana, adiós- dije para luego tomar el asensor.

Cuando salí tome un taxi rumbo a mi apartamento, quería dormir y comer, o tal vez pasar el rato con alguna chica. Cuando llegué abrí la puerta de mi apartamento, prendí la luz, y me recosté, quería dormir el día había sido muy agotador, lo único que quería era descansar. Pasaron las horas y yo aún seguía durmiendo, cuando de repente escuché sonar mi teléfono, sin más lo tomé y respondí la llamada.

-Si, diga- dije para luego tallarme los ojos.

-Eren, ¿Cómo estás?- se escuchó una voz dulce y tierna del otro lado de la línea.

Al parecer era  Amelia una excompañera de la Universidad, ahora que quería. Recuerdo que la última vez que me llamo fue para tomar un café conmigo, pero al parecer terminamos en la cama.

-¿Qué quieres?- contesté de mala gana.

-Necesito hablar contigo de algo muy importante- se escuchaba un tono preocupante.

-No tengo tiempo- dije para luego colgar.

Me levanté de la cama sin ganas de nada, me dirigí hasta la nevera, saqué una jarra de jugo, y me serví un pequeño vaso. Cuando de repente vibra el teléfono.

Número desconocido: Por favor Eren, necesito hablar contigo, es demasiado importante, se trata sobre Armin, está en grave peligro.

Al leer esto me sobresalte, que quiso decir con que está en peligro, muchas cosas pasaban por mi cabeza, que debía hacer.

Eren: De acuerdo, veámonos mañana a las 8:30 en la cafetería que está al lado de la gran tienda de regalos.

Amelia: Gracias, te veo ahí.

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ARMIN ESTARÁ EN GRAVE PELIGRO?

Al día siguiente, desperté temprano, era mi primer día de trabajo, no debía llegar tarde, me duché como es de costumbre, me vestí elegantemente, tome un pequeño desayuno en el camino, al parecer llegué a tiempo.

Me dirigí hasta la recepción y me indicaron que me mostrarían mi oficina. Cuando entré pude observar que era demasiado grande, acogedora y demasiado limpia, estos si que estaban obsesionados con la limpieza. La recepcionista me indicó que esa sería mi oficina de trabajo de ahora en adelante, me dio la bienvenida y salió. Me dediqué a observar todo y cada una parte de ella, cuando tocaron la puerta. Me dirigí a abrir, cuando pude observar a un chico pequeño de un hermoso rostro, ojos penetrantes y un cabello muy bien arreglado.

-Haz terminado de observarme, idiota!- dijo para luego indicarme que me tenía que hacer a un lado.

-Perdón- dije para luego apartarme de el, aún me daba un poco de miedo.

Se dirigió hasta la ventana con las manos en los bolsillos de su pantalón, se veía tan sexi, me dediqué a contemplar cada parte de su cuerpo, cuando fui interrumpido por la secretaria que iba entrando.

-Señor Jaeger ya terminó de instalarse, dijo para luego saludar al señor Ackerman-

-Buenos días señor Ackerman, ya están listos los informes, quiere que los llevé a su oficina?- dijo para luego esperar una respuesta por parte del mayor.

-Por supuesto, llévalos, los revisaré más tarde- dijo sin despegar la mirada del panorama.

-Me retiro-

Lo miré de reojo y pregunté:

-Señor, necesita algo?- dije mientras lo miraba.

-No, sólo quería ver el panorama, trabaja duro, si no quieres ser despedido en tan poco tiempo- dijo para luego dirigirse al la puerta y salir.

Me dirigí hasta el pequeño escritorio que de encontraba en un costado del gran despacho, me senté y pude observar que ya tenía mucho trabajo, algunas hojas por revisar, muchas cuentas por hacer.

-Manos a la obra- murmuré para luego comenzar con mi trabajo.

Así pasaron las horas, mientras terminaba un trabajo otro se acumulaba, entraba y salía del despacho, hojas, hojas y más hojas, hasta que llegó la hora de ir a casa y descansar no sin antes ver a Amelia, cuando por fin recogí mis cosas para dirigirme al café, me encontré con mi jefe hablando con un empleado, al parecer sería despedido, intenté no tomar importancia cuando sin querer me llamó.

-Jaeger- dijo para luego caminar hacia mí.

-Si señor-

-¿Ha terminado su trabajo?- dijo mientras me miraba de manera fría.

-Si-

-Mañana necesito unos informes temprano, necesito que los entregues a tiempo- dicho esto se dio media vuelta y se marchó.

-Pero qué carácter- pensé para luego dirigirme al asensor.

Ya dentro pensé, -El señor Ackerman y yo tal vez no nos llevaremos bien, aunque pensándolo bien es muy lindo, pero que cosas digo, debería preocuparme por otras cosas y no en él, que me pasa- me golpee un poco la cara, me dirigí a la salida, tome un taxi y me dirigí hasta el café donde había citado a Sasha.

Cuando llegué pude notar que ella se encontraba ahí, sentada tomando una taza de lo que parecía ser café.

ERES TAN DULCE_[ERERI] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora