Cartas para un Uchiha.

Segunda carta.

Las hojas de los arboles caen con el ritmo del viento, las calles están solas y silenciosas, el único ruido que puedo percatar son los árboles moviéndose por el viento y el ruido de mi mente haciéndose cada vez mas alborotada. ¿La razón? Ese chico idiota llamado Tobi.

Nuevamente te soñé, estabas allí, en esa cama mirándome, mostrándome esa sonrisa que solo yo podía ver, me hacía sentir bien pensar que era la persona que podía provocar esa sonrisa.
Pero al despertar no había nada, estaba solo en la cama y con mis ojos llenos de lágrimas, estaba solo y eso provocaba un dolor en mi pecho, un vacío que no podía llenar.
Ya no basta con mirarte de reojo o de lejos, ya no basta que seas solo mi compañero, Tobi, quiero más. Quiero que solo me veas a mi y me abraces, quiero que mi amor sea correspondido.

Deidara.

Al acabar de escribir sus sentimientos, dobló la hoja metiendola en su cajón.
Suspiró por última vez, le frustraba no poder decirle sus sentimientos y aún más saber que jamás será correspondido.
Su pecho dolía, su alrededor era frío y solo, no dejaba de pensar en ese chico tan revoltoso.

Dejó la carta en el cajón para poder cerrarlo y salir de aquella habitacnad. Tenía que mantenerse como si nada estuviera pasando, no podía distraerse en una misión.

-Seeenpaiiiiiii- Chilló el de la máscara dejando que el rubio dejara sus pensamientos de lado. Directamente fue a los brazos de su senpai para darle un cálido abrazo.

-Quítate o te haré arte Uhm.- Respondió de mala gana alejando al azabache con desprecio. -No me toques idiota. Uhm.- Camino en silencio hacia la salida para ir a su misión.

-Mooh, pero si hoy se ve más extraño que otros días. Estar en esa habitación encerrado le hace daño senpai.- Lo siguió mientras jugaba a que era un avión, con los brazos extendidos.

-Me da curiosidad saber lo que hace allí Deidara-senpai.