No esperaba morir hoy, no de esta manera, no en esta situación. Pero mi destino ya estaba escrito, no había paso hacia atrás o quizás lo había, pero mi arrogancia, mi afán con los ojos de los Uchihas no me dejó darlo y hoy me encuentro apunto de desvanecer, de ser uno más de mi arte explosivo.
Tobi, lo siento...
Si se me permite un arrepentimiento sería solo uno; no poder disfrutar de tu compañia y calor, realmente anhelaba ser correspondido y pasar mi vida junto a ti, pero no pudo ser, porque la vida es arte. Es un tiempo de gozo y frustración que en algún punto acabará, llegará hacer polvo en cuestión de tiempo.
Hoy seré arte, hoy convertiré uno de mis sueños realidad pero no me hace sentir completo, no me hace sentir feliz.
¿Por qué? ¿Qué estoy haciendo mal?
Tobi, no quiero morir, quiero seguir contigo. La vida es injusta, porque al final que te tenía hoy tengo que decirte adiós y me niego, me niego a perderte a desaparecer de tu vida... Pero... No tengo nada que hacer, mi mayor explosión se ha realizado y me convertiré en arte, en algo efímero en tu vida pero el que llegó a marcar tu corazón de por vida.
Tras aquellas palabras en la mente del artista explosivo sus lágrimas empezaron a salir pidiendo ayuda a su dolor, a su corazón quebrandose por renunciar a lo que llamó felicidad.
—El arte es una explosión...— Sollozo sin remedio, cerrando ambos ojos mientras su cuerpo crecía y se tornaba brilloso.
—¡Katsu!
Dicha aquella palabra con dolor Deidara, el artista explosivo, se convirtió en aquel aclamado arte, fue algo efímero, algo que tenía que acabar por mucho que le doliera ese era aquel destino que debía cumplir.
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Cartas para un Uchiha.
Historia CortaEn aquella noche lluviosa, oscura y fría he decidido plasmar mis sentimientos en algo más eterno que mi explosivo, quizás así te pueda llegar mi amor. Tobi.