•CAPÍTULO XIII•

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"Trance"

"Ni siquiera sé si tengo capacidad para sentir o no emociones normales, porque no he llorado por mucho tiempo"

—Jeffrey Dahmer

ISABELLA

La habitación se iluminó debido a la presencia de alguien, que luego de que me adaptara a la luz, pude reconocer el característico porte de uno de los fieles, junto con una chica, que no sabía sí era suerte o igualmente desgracia que no se me hacía haberla conocido en algún momento de mi vida.

La chica estaba atada en las muñecas, además de la venda que la privaba de la visión y con el característico elegante vestido, que como me imaginaba, parecía por completo nuevo, así que un escalofrío me recorrió toda la espina dorsal al imaginarme el vestido que mi madre había reservado para mí que se encontraba aguardando para mi ritual en una esquina de mi closet.

— ¿Puedes decirnos tu nombre? — Preguntó uno de los fieles a la joven que caminaba lentamente en círculos.

—Lenna — Su voz era fría como si no tuviera un ápice de sentimientos en su interior.

—¿Cuántos años tienes Lenna? — No había notado una pequeña luz roja que estaba al otro lado de la habitación, pues era una cámara, y el hecho de que grabaran los rituales de purificación fue impactante, porque eso quería decir que mi hermana había sido grabada, existían pruebas de lo que ellos hacían, pues a pesar de que solo compartiéramos respiraciones, sabía que Christian pensaba lo mismo.

—Veinte — Luego de un momento dejó de dar vueltas para quedar estática en el centro de la habitación, el vestido negro que tenía de alguna forma había sido arrancado, por lo que se podían notar los pies de ella, pero lo extraño era que estaban sucios, no sabía con exactitud si era con fango y sangre, porque el color era marrón con una mezcla de un líquido carmesí — ¿Qué van a hacerme?, ¿Ya me purificaron no es así? — Podía notar mucho significado en el tono con el que hablaba, porque primero su voz estaba ronca de tanto gritar, y justo cuando terminó de hablar, lo hizo con burla, pero ¿Por qué?

—¿Puedes abrir el armario? — Exclamó otra voz, de hecho, la reconocí lo suficiente como para saber que había sido la misma persona que me habló ese día.

—Bella — Susurró Christian a mi lado — Tenemos que irnos — No me dejó responder, pues en un movimiento rápido salimos por el pequeño espacio donde minutos antes habíamos entrado.

Mi cabeza estaba dando vueltas, porque a pesar de no haber visto mucho, nos reveló que ellos filmaban los rituales, y que las purificadas no están del todo inconscientes, todo era una mentira, y era increíble como cada vez que íbamos a clase para tener la materia de "purificación", nos decían que como su mismo nombre lo indica, las mujeres eran dormidas mientras su cuerpo era limpiado por la maldad que el mundo nos había infectado, porque eso era, la maldad la trataban como una infección, una enfermedad de la que debíamos ser curadas para seguir con nuestra vidas, que el guía había llegado para ubicarnos en el camino de la luz, él era nuestro salvador.

Para mi es inexplicable entender la forma en que el guía se ganó la confianza de todas las personas que vivían el Lakesvillage, ¿Cómo era posible, que las personas permitieran que un desconocido les dijera que sus hijas habían ascendido a la gloria?, ¿Nunca se preguntaron que pudo haber pasado con ellas?, ¿En algún momento las han extrañado o por lo menos mantenerlas vivas en su recuerdo?, es impactante evidenciar lo insensibles que llegaban a ser las personas.

Cuando estábamos atravesando la iglesia, unos pasos nos detuvieron, así que Christian me abrazó arrinconándome a una esquina justo al lado del lugar donde habíamos entrado, entonces los gritos comenzaron nuevamente, eran peor que los que escuchamos en un inicio, estos eran realmente desgarradores, y lograban meterse en mi cabeza con eco, las ganas de ayudarla crecían cada vez más porque no paraba de pensar que esa chica podría ser mi hermana pidiendo ayuda, y que podía salvarla, podía evitar que dejara de gritar.

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