ISABELLA ✔️

•EPÍLOGO•

El viaje había sido un poco largo, pero por suerte lograron cruzar la frontera con Estados unidos y llegar casi 5 horas después a New York, donde tenía un apartamento que compró unos años antes luego de que viajara a Canadá para comenzar con su plan.

A su lado Isabella seguía profunda, y eso estaba bien, la necesitaba serena antes de comenzar con todo lo que pensaba hacer, y la verdad era que estaba tranquilo de haber logrado su venganza, además de recuperar al amor de su vida, de recuperar a su hermanastra que le arrebataron desde pequeños, que mataron a sus padres abandonándolo a él, para llevársela kilómetros de distancia en ese culto siniestro que había creado Naim, alguien que nunca creyó lo traicionaría de esa forma, que no pensó que pondría su atención en Bella.

¿Cómo comenzó todo?

Desde que era pequeño, siempre había deseado una hermanita, sentía la necesidad de proteger a alguien que estuviera a su lado sin importar qué, porque sabia lo extraño que sería encontrar a una persona que valiera la pena para contarle hasta lo más profundo de su alma, pues no cualquiera lograría comprender, no cualquiera entendería las extrañas cosas que pasaban en su mente, por lo que insistió a su madre miles de veces un embarazo...Pero debido a un accidente que tuvo su madre años antes, no pudieron tener hijos nuevamente, aunque claro, eso no los detuvo, y cuando Christian cumplió 7 años, una pequeña niña, que él mismo decidió llamar Isabella llegó a su vida. Se llevaban solo dos años, pero desde el primer instante en que la vio, se enamoró por completo de ella, porque en sí, era hermosa, cada parte de su rostro, con esas labios carnosos, y esos ojos grises que en definitiva lo habían vuelto adicto a ella.

Antes de que los separarán, él estuvo muy unido a ella, de hecho, salían los dos por los alrededores del pueblo, y poco a poco se fue adaptando a lo que era Christian, a los caprichos que él quería y por supuesto ella no tardaba en cumplirlos, porque su relación era mucho más íntima de lo que demostraban, uno de los momentos que mantuvo el recuerdo de ella en la mente de Christian fue lo que pasó meses antes del asesinato de sus padres.

*

En su cumpleaños número 15, sus padres se habían ido a una reunión para que luego lo celebrarán, pero para satisfacción de él los habían dejado solos, y a pesar de que quería retrasar ese momento, Isabella de alguna forma que él no pasó desapercibida, a pesar de tener 13 años se había desarrollado muy rápido como mujer, por lo tanto ciertas partes de su cuerpo habían adquirido un tamaño prominente.

—Linda, ¿Quieres ir a piscina? — Preguntó sonriente

—¡Sí! — Exclamó emocionada.

Por lo que luego de empacar lo importante, se dirigieron a la pequeña piscina que tenían en la parte trasera de la casa, donde de inmediato Bella se quitó el vestido que tenía para quedar en un bañador que en definitiva lo dejó sorprendido, porque se le ajustaba tan bien a su cuerpo que no parecía una niña, de hecho, era toda una mujer, con toda la belleza del mundo.

Sabia que en la sociedad, lo que pensaba era categorizado como algo completamente fue de todo contexto racional, pero no podía evitarlo, él tenía en sus planes esperar hasta cierta edad para en definitiva cumplir uno de sus sueños, que era hacerla suya, que era tocarla de la forma más intensa que siempre había deseado, ella seguía siendo una niña, no la traumaría con una cosa como esas, pero desde el momento en que la tuvo a su lado y la llamó Isabella, se convirtió por completo en su propiedad, porque ella era suya, solo tenía que probar el último escalón para poder considerarla como esa pareja de toda la vida que estuvo esperando.

Naim y Nicholas eran un dolor de cabeza pues era claro que se estaban convirtiendo en su competencia, y que ella estaba en peligro, porque si bien era cierto a Nicholas lo consideraba alguien que por el momento solo le atraía Isabella, pero con Naim era diferente, pues tenía otras intenciones mucho más oscuras porque para mí molestia no trataba de disimularlo, tenía que protegerla de él, pero tenía una desventaja sobre su edad, ya que le llevaba unos cinco años por delante y era hijastro del líder directo del extraño culto que había invadido su pueblo.