•CAPÍTULO X•

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"Muerte"

"Dicen que es el número de personas que maté, yo digo que es el procedimiento."

—Aileen Wuornos

CHRISTIAN

Febrero 28 / 2012

La noche era mi parte favorita del día, de hecho amaba sentarme en la azotea y simplemente admirar las estrellas, porque el silencio era una armonía que disfrutaba pues solo estaba mi presencia junto a mis pensamientos. 

Mamá estaba preparando una de mis comidas favoritas, que era muy característica del país donde había nacido, de hecho donde conoció a papá, y al cual me encantaba ir en el verano siendo Colombia, específicamente la ciudad de Medellín.

—Chris ya está listo, baja por favor — Me llamó mamá desde la primera planta.

De hecho, el olor del arroz con pollo de mamá invadió toda la casa, y a cada paso que daba mi hambre aumentaba, por lo que no me tomó mucho tiempo llegar a la primera planta, aunque no esperaba encontrarme con un silencio que era abrumador. Caminé silenciosamente hacia la cocina, y cuando observé un charco de sangre los nervios aumentaron, porque sabía muy bien que algo malo había pasado.

Cuando subí la mirada no entendía como pero simplemente mi cuerpo no podía moverse ante la escena que tenía en frente y solo tenía mis ojos puestos en ella...

Mamá, estaba sentada junto a mi padre, y los dos tenían la ropa arrancada, y en la pared había un extraño símbolo dibujado con sangre, con su sangre...

Me arrodillé junto a ellos sin importarme que me manchara con la espesa sangre del suelo. Las lágrimas salían de mis ojos y no podía controlar el temblor de las manos, y aun así acerqué una de ellas a la mejilla de mamá, ella por su parte con los párpados a punto de cerrarse me miró y soltó un sollozo.

—Mi Chris, ustedes han sido lo mejor que he tenido en mi vida, nunca lo olvides, y recuerda que eres más fuerte de lo que crees, porque tienes que recuperarla — Susurró para luego ver como su última gota de vida se agotaba.

Un grito salió de mi garganta, porque la vida de mis padres se había acabado, los habían matado, los habían asesinado, y es que a pesar de lo obvio que era llamar a la policía o por lo menos a los vecinos, yo por mi parte simplemente me limité a llorar mientras me recostaba entre el medio y abrazaba a mamá.

Las horas pasaron, de hecho ya los rayos de sol intentaban a travesar la ventana, pero yo no podía moverme del lugar donde me encontraba, porque sabía que si avisaba no los volvería a tener a mi lado, tendría que luchar contra la desaparición de mi hermana, no podría volver a agarrar la mano de mamá y aunque ya no estuviera viva, por lo menos sentía su aroma, la sentía a ella. Me había quedado dormido, pero un estruendoso grito me despertó, era la tía Sofía.

—Chris, ¿Qué...Pasó? — Preguntó mientras se arrodillaba junto a mí.

—Los mataron tía, y mi hermana ha desaparecido, sé que se la llevaron — Susurré mientras el dolor volvía a invadirme — Anoche cuando bajé ya estaban muertos, y estaba ese símbolo en la pared.

Cuando ella observó el lugar donde señalaba se tensó de inmediato, de hecho, su expresión se convirtió en una de terror, por lo que me agarró de la mano separándome de mis padres para que luego sin contestarme llamar a la policía. Ellos entraron, se llevaron a mis padres, y empezaron a interrogarme, pero estaba lo suficiente distraído en mis pensamiento como para responder con respuestas cortas.

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